Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Pobre Chivas...

2018-06-01 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Pensaba decir: “Pobre Almeyda”, pero en realidad debería decir: “Pobre Chivas...”.

Chivas está en plena descomposición que podría ser una autodestrucción y el problema es que Jorge Vergara no da la cara.

La salida de Matías Almeyda va a significarse como el “golpe” más dañino a la estructura deportiva del popular club. El personaje que no sólo le devolvió a Chivas un carácter competitivo (siete finales en los últimos años), sino que también le ofreció un estilo y una condición de juego acorde a los valores y a la historia de la institución. Almeyda es - o era - lo mejor que le había ocurrido a Jorge Vergara desde que irrumpió en la asamblea de socios para comprar las acciones y hacerse del club.

Me atrevo a decir que Almeyda era hoy más importante para Chivas que cualquier otro nombre propio que se asome en su vida: más importante que el propio Vergara, que José Luis Higuera, que Paco Gabriel de Anda o que el mismo Rodolfo Pizarro.

Sin Almeyda, Chivas no tiene ni futuro ni esperanza en la cancha, más aun cuando enfrenta una inminente crisis económica y cuando tiene la maravillosa oportunidad de jugar un Campeonato Mundial de Clubes.

La situación se ha deteriorado al máximo. Aparentemente —porque todo son rumores o insinuaciones— existe un rompimiento de relaciones entre Almeyda y los directivos. Ese deterioro habría comenzado desde que Almeyda tomó el control absoluto de la parte deportiva del club, reduciendo los alcances del principal operador financiero de Vergara, José Luis Higuera.

Luego, cuando el argentino pidió un asesor y en específico nombró a Benjamín Galindo, apareció Paco Gabriel de Anda. Quiero suponer que fue Higuera quien convenció a Vergara de que Gabriel era el indicado a pesar de no ser del agrado de Almeyda. A todo ese melodrama de Chivas hay que agregar otra telenovela personal de Vergara que se desató durante su matrimonio y separación de la señora Angélica Fuentes.

Según entiendo, Almeyda fue traicionado por los dirigentes medios de Chivas. Mientras la directiva le informaba de la disminución en cuanto al valor del plantel, él pedía que bajarán las expectativas del equipo. Paco Gabriel parecía estar de acuerdo. Al día siguiente, salía a decir que Chivas estaba para ganar todo. José Luis Higuera fue quien le sugirió que tomará la puerta de salida.

Pobre Chivas, porque un equipo de su trascendencia histórica y pasional no puede depender de los caprichos o de los estados de ánimo de los personajes que le rodean.

Chivas tiene grandes problemas económicos. Le debían dinero a los futbolistas y le deben todavía dinero a Matías Almeyda. Y esa debacle económica le impide también conformar el plantel que había pedido el entrenador.

Además de eso parece obligado a desprenderse de sus principales figuras: el portero Rodolfo Cota ya se fue y Rodolfo Pizarro está por hacerlo. A ese desorden habrá que recordar y agregarle el caso de Oswaldo Alanís.

Almeyda me dijo desde Argentina la noche del miércoles que su cuerpo técnico, su familia y él están muy dolidos por la forma en la cual se les ha tratado, dando a entender que sus días en el llamado “Rebaño Sagrado” habían terminado. A la mañana siguiente me confirmó que muy a pesar de su deseo, la directiva lo había orillado a tomar la decisión.

Ante todo ello, Vergara no aparece. El hombre que siempre daba la cara por Chivas aún en los más dramáticos momentos, está desaparecido. Y sin él al control, Chivas también puede desaparecer.

Almeyda será un candidato poderoso para cuando terminen los días de Juan Carlos Osorio como entrenador de la Selección Mexicana, pero ello podría depender ahora de cómo termine siendo su desvinculación de las Chivas.

Lo que es inobjetable es que el Guadalajara ha perdido al bastión de su aparato futbolístico. Lo mejor que le ha pasado a Chivas en los últimos treinta años, está por alejarse.

Preocupa lo que sucederá con el club. No se trata, insisto, de cualquier club. Chivas es uno de los grandes animadores pasionales y comerciales de la industria futbolística mexicana. Hoy, no sabemos hacía dónde se dirige. Iba a decir: “Pobre Almeyda”, pero la realidad es: “Pobre Chivas...”.

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