El efecto “volvido”

De absoluta y total intrascendencia el desliz de Enrique Peña Nieto durante su participación en la reunión de la OCDE en Paris hace una semana, cuando expresó que México ha “volvido” a ser un referente internacional. Este nuevo desatino presidencial ha servido únicamente para nutrir las redes sociales con críticas al mandatario, generando decenas de divertidos memes (como el del avión presidencial ahora bautizado como la Nave del Volvido) que podremos seguir disfrutando hasta que nuestros serviles legisladores aprueben la iniciativa priista de reformas al Código Civil Federal para sancionar hechos, inclusive ciertos, publicados por cualquier medio (léase redes sociales) que puedan causar deshonra a una persona. ¿Que tan delgada será la piel de los políticos mexicanos que ahora demandan tener remedios intimidatorios en contra de quien hace crítica social de su trabajo? ¿En donde queda la libertad de expresión tan pregonada en este régimen?

Parafraseando a Peña Nieto, México, en efecto, ha “volvido” a ser un referente internacional, pero de impunidad absoluta.

Mientras las primeras planas de los diarios de este país relataban la oprobiosa aprobación de la Ley de Seguridad Interior gracias al voto concertado de los senadores priistas y panistas, entre otros, no obstante la opinión en contrario de decenas de expertos en el tema, más de 200 mil firmas entregadas al Senado en rechazo de la iniciativa y la crítica de múltiples organizaciones de derechos humanos, incluida la propia ONU, se daba igual cuenta de una nota “menor” que parecía diluirse entre tanta información política: “La PGR retiró la impugnación presentada en contra del amparo que concedió la prisión domiciliaria a Elba Esther Gordillo”, permitiendo así que ésta siga su proceso cómodamente instalada en su lujoso departamento de Polanco, una de sus múltiples propiedades.

Gordillo jamás piso la cárcel. Al día siguiente de su llegada al Reclusorio Femenil de Tepepan, fue trasladada a un hospital en la colonia Roma y posteriormente a uno en las Lomas de Chapultepec, según esto, por múltiples problemas de salud que requerían tratamiento médico, en el que se habilitó su cómoda vivienda durante los últimos 4 años y 10 meses. A pesar de múltiples recursos legales interpuestos, la prisión domiciliaria le había sido negada sistemáticamente, hasta que el jueves pasado sucedió un milagro navideño: se anunció la alianza del PRI con el partido PANAL, (propiedad de la maestra Gordillo, el cual agrupa a los maestros sindicalizados de la SNTE) para las elecciones presidenciales del 2018, y al mismo tiempo, la PGR se desistió del recurso de impugnación presentado en el expediente de Elba Esther. Hoy la maestra duerme plácidamente en su hogar, habiéndose también milagrosamente curado de todas las graves afecciones de salud que la mantuvieron por tanto tiempo recluida en diversas suites hospitalarias, mientras que el PRI aseguró el apoyo y voto corporativo de los más de 1.4 millones de maestros sindicalizados afiliados al PANAL.

El PRI ha “volvido” a las andadas. En política nada, absolutamente nada es coincidencia. Tampoco en este caso lo fue.