Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

La salud y la vida, impostergables

2020-03-17 | DAVID FAITELSON
DAVID FAITELSON
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Lo que sea, puede esperar. Los Juegos Olímpicos, la Eurocopa, la Champions, el futbol mexicano, todo es postergable y hasta desechable. Menos la salud y la vida .

El futbol y el deporte han sido completamente superados. México y el mundo atraviesan por momentos verdaderamente delicados, algunos horizontes y ejemplos son dramáticos, donde cualquier cosa es más trascendente que un balón rodando, estadios y arenas rebosantes de pasión o lo que el deporte profesional pueda aportar a la sociedad.

Pero es tiempo de pensar, mientras esta “pesadilla” pasa, en que el año deportivo será completamente atípico. No veo ni Juegos Olímpicos ni la Eurocopa en el calendario. No hay forma de sustentarles por más que el Comité Olímpico Internacional resista estoicamente y “juegue” con las hojas del calendario a su favor o que la Unión Europea de Futbol esté dispuesta a transformar el formato del evento. No existe ni tiempo ni espacio ni mentalidad para que el deportista continúe alistándose rumbo a la cita deportiva de Tokio. Ya el plan de preparación de los atletas se ha visto notoriamente afectado. Hay demasiada tensión en el ambiente, la incertidumbre se apodera del escenario y como es normal, nadie piensa en el deporte, sino en mantenerse a salvo y mantener a salvo a sus seres queridos. Los Juegos de Tokio pueden esperar, igual que la Eurocopa, un torneo que, además, este año se tendría que celebrar en varias sedes europeas, alguna de ellas, hoy, terriblemente afectadas e impactadas por los estragos del virus.

De la misma forma, el torneo por clubes más importante del futbol, la Champions, atorada justo en medio de su fase de Octavos de Final, sufrirá modificaciones que le convertirán en una edición extraordinaria. Ya en las oficinas de la UEFA se tiene sobre la mesa un plan donde se suprimirían ciertas fases y se jugaría en sede única, quizá Estambul, el sitio señalado originalmente para la Final, una especie de eliminatoria a juegos directos. El nuevo campeón europeo (porque el Liverpool se adelantó, incluso, al coronavirus) quedará enmarcado como un monarca de condiciones especiales.

El tenis, el basquetbol, el beisbol, el futbol americano, los deportes olímpicos que habían ordenado su calendario de acuerdo a Tokio 2020, tendrán que replantear el año.

El futbol mexicano, en lo particular, se verá obligado a amoldarse una temporada atípica. Hay que escarbar por todos los escenarios posibles. Un torneo de muchas jornadas dobles, un torneo donde se eliminen algunas fases, un torneo sin Liguilla y hasta un torneo sin campeón. No sabemos todavía la duración y el alcance total de la emergencia sanitaria. Hay que estar listos para todo. Y será importante que vuelva cuando tenga que volver. Ni antes ni después. Es necesario que la gente regrese a las tribunas. Ya vimos la atmósfera del domingo por la noche, donde un Clásico se vio afectado por las tribunas vacías. El jugador no es el mismo, el televidente no es el mismo y el juego cambia radicalmente sin la presencia del público, una de las grandes esencias del deporte.

Es una pena que el deporte profesional no termine cumpliendo con la labor social para la que fue concebido: distraer, ayudar a olvidar cosas más trascendentes y colaborar con una salud esencial en la vida humana, la salud mental. Hoy, lamentablemente no esta disponible para ello.

Todo es postergable y prescindible, menos la salud del ser humano. El deporte volverá cuando tenga que hacerlo.

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