Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Chivas no está en venta 

2019-10-04 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Los primeros días de Amaury Vergara como propietario del popular equipo han comenzado en medio de una gran 'tormenta', bajo una terrible presión y también una depresión futbolística que ha llevado al club a afrontar, sin duda, la peor crisis deportiva de su todavía rica y gloriosa historia.

Siempre, en los últimos casi 15 años, supuse que el apellido Vergara había llegado como una plataforma de 'salvación' para Chivas. Jorge, el personaje que se atrevió a irrumpir en la asamblea de los viejos socios, hacerse de las acciones, le había dado al Guadalajara, con sus altas y bajas, una forma de vida diferente, apegada a los tiempos modernos que exige el futbol mexicano e internacional. Una independencia, un estadio, una fortaleza que, si bien partía de lo económico, le daba a Chivas una protección y un poderío institucional del que nunca antes había gozado. Amaury, su hijo, ha afrontado el reto en la zozobra futbolística y también en tiempos de problemas personales y económicos para la familia y para la empresa. La pregunta no es si Chivas debe venderse. La pregunta debe ser: ¿Tiene Amaury las condiciones para sacar adelante y mantener a una de las grandes tradiciones del futbol mexicano?

Sobra decir la gran responsabilidad que se ha echado encima. Y yo no hablo del patrimonio familiar, de Omnilife y de las cuestiones personales que sólo atañen a la familia Vergara. Eso lo respetaré siempre. A lo que me refiero, única y explícitamente, es a Chivas, el club, el Campeonísimo, el equipo de las multitudes, el gran rival del América, el activo social -y yo diría cultural- y obviamente económico que significa para nuestro futbol y para nuestra sociedad. ¿Está listo? ¿Puede? Y lo que es más importante aún: ¿Quiere Amaury ese reto o mejor dicho ese privilegio?

Nadie le está pidiendo que sea igual que su señor padre. Jorge Vergara es único y fue único como presidente de Chivas. Amaury puede y debe forjar su propio camino, con lo que tiene y hasta con lo que le falta, pero entendiendo siempre que, antes que nada, para ser el 'Pastor' de este Rebaño requiere de un elemento imprescindible: La pasión. Sin ella, ni él ni Chivas van a ninguna parte. Pasión por sus colores, pasión por su historia, pasión por sus héroes, pasión por sus aficionados. Todo lo que es y ha sido Chivas se resume a pasión.

Si el líder no la tiene, el club no irá a ninguna parte. Amaury debe saber y entender que Chivas no es un simple o un gran 'negocio'. Que no se mide en la venta de boletos, de patrocinios, en el nivel de audiencia de televisión o de los ingresos por derechos. Chivas es mucho más que eso y aquel que encabece a este equipo -y vuelvo al mismo término-, tiene el privilegio de conducir una fuerza que va más allá del futbol. Ser el dueño de Chivas te otorga una posición venerada y poderosa que ningún otro club de futbol mexicano y de muchos países tiene. Ser el propietario de Chivas va mucho más allá de ser el propietario de un equipo de futbol.

Es una pena que este cambio generacional en la potestad de Chivas se haya dado bajo una crisis deportiva, pero uno no escoge los momentos en los que la vida te presenta retos y paradigmas. A Amaury se le ha presentado y debe afrontarla con su personalidad, con su inteligencia y con sus virtudes y defectos. Rodearse de las personas adecuadas debe ser la primera encomienda para superar este paraje. Los mejores en cada posición, sobre todo en un tema tan complejo y caprichoso como lo es el futbol, donde nadie tiene una verdad absoluta y donde todos sabemos -o creemos- que sabemos más que el otro-. 

Tener a los personajes adecuados será fundamental para que Chivas recupere su salud y logre el equilibrio de vida que tanto  ha perseguido desde hace décadas. El director deportivo, el consejero, el entrenador, el encargado de fuerzas básicas. Si Amaury logra encontrar a las personas adecuadas, no sólo encontrará la armonía que tanto busca Chivas, también aprenderá de futbol y será capaz de tomar mejores decisiones en el futuro. Esas mismas decisiones e indecisiones que en los últimos tiempos llenaron a Chivas de incertidumbre.

Me gusta que el nuevo dueño de Chivas tenga el carácter para decir clara y abiertamente -ante las insinuaciones o presiones en redes sociales- que el club no está a la venta. Ahora, más que nunca, Chivas necesita de su dedicación, inteligencia y pasión, sobre todo pasión, para encontrar el camino adecuado.

Recuerda, Amaury, que eres un privilegiado. Ser el dueño de Chivas te coloca en una de las posiciones más veneradas y envidiadas del futbol mexicano. Trata de hacerlo lo mejor que puedas y que nunca te falte, ante todo, la pasión.

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