Campeón

No es nuevo en la historia de este sensacional club vincularse con el triunfo, poseen múltiples títulos en variadas épocas. Una de las doradas, aquella de los noventa en donde dominaron dicha época, cosa que en la actualidad, dado el emparejamiento a la baja, resulta imposible de conseguir.

El Necaxa siempre ha sabido jugar desde la sombra, incluso siendo el supuesto hermano menor del América, lo eclipsaba.

Y lo digo con amplio conocimiento de causa, ya que jugando para los de Coapa sufrí una cruel eliminación en una Semifinal en manos del trabuco necaxista que aglutinaba apellidos de la descomunal envergadura de García Aspe, Peláez, Ambriz, Navarro, Zárate, Basay, Aguinaga, Esquivel, Becerril, Vílchez, Hernández, Higareda y varios más, no es complejo entender por qué dominaron con alcurnia y poderío ese periodo.

Retomo, el Necaxa juega un perfecto rol desde la sobriedad, no les gusta estar cercanos al ruido, lo suyo históricamente ha sido la eficacia y no las farolas, no las necesitan, no les interesa.

Y el actual campeón de Copa vive una situación similar de aquel glorioso Necaxa que radicaba en la CDMX, sin duda, existe una sensible brecha en relación con las habilidades y calidades de este plantel que del arriba mencionado, pero esto aumenta aún más el valor de un nuevo campeonato

Tú, Nacho Ambriz, eres el monarca de la mesura y la sensatez, no te faltan agallas, tu brutal historial como futbolista y como entrenador lo avalan, pero das pocos gritos, eso sí, cuando los das, retumba el centro de la Tierra.

En tu cuerpo técnico te has rodeado de hombres a carta cabal, personajes similares a ti, empáticos con tu ideología y educación, me refiero a ustedes Gerardo Esquivel, Edgar Solano y Juan de Dios Ramírez Perales, tipos que hacen el futbol mejor, pero sobre todo hacen mejores a sus futbolistas desde la trinchera de lo humano; aspecto indispensable para hablar de éxito, y desde lo deportivo, con soluciones claras y básicas para sus jugadores.

Si bien no poseen futbolistas tan rimbombantes, son una cofradía monolítica, el cabecilla eres tú, Marcelo Barovero, de quien en este espacio no me he cansado de ponderar, puntualizando que no sólo eres la figura de tu Necaxa, estás entre las cinco figuras de la Liga MX.

En lo particular tengo una gran debilidad por ti, Gabriel González Espínola, el partido que te mandaste el miércoles por la noche rozó la perfección, todas las pelotas en las que interviniste, todas las hiciste bien, ya fuera para otorgarle continuidad a la posesión de la pelota, retenerla de espalda a la portería rival, o en el finiquito, no hiciste gol porque tú, Alfredo Talavera, bajaste del cielo e hiciste una de esas espeluznantes atajadas que son físicamente imposibles.

No solo tú, Gabriel, anduviste fino, varios compañeros se te sumaron en la labor por jugar cercanos al máximo de sus potestades, Lichnovsky, Alvarado, Beckeles, Gallegos, Villalpando, Alvarado, Ponce, entre otros, confirmaron que son una armónica orquesta, en la que si bien no tienen al virtuoso solista que abarrota los auditorios, si tocan muy parejitos y muy bien.

Otro de los puntos a valorar de manera medular de la franquicia fue la mudanza que hicieron hace algunos años. No es sencillo agarrar las maletas, salir del lugar de origen en búsqueda de aventuras y de asilo en otras latitudes.

El Necaxa se aventuró, y lo consiguieron en un fascinante estado y ciudad como lo es Aguascalientes. Han fincado su sede, de ser extraños, hoy son considerados oriundos, tienen un estadio extraordinario, unas instalaciones deportivas para sus Fuerzas Básicas de lo mejor de Latinoamérica.

Han ido gestando, y sobre todo fincando, un proyecto serio, que sin duda necesita mejoras como cualquier propuesta deportiva y de empresa, pero que es digno, serio, elegante, y ahora vuelve a ser campeón, un justo campeón.

Celebren necaxistas, lo merecen, para ganar hasta en las canicas se necesitan habilidades, inteligencia y cordura, y ustedes las fusionaron en el momento indicado.