Opinión

Carlos Ponce de León

Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.

Tigres y Nahuel 'no entienden' la provocación

2024-03-11 | CARLOS PONCE DE LEÓN
CARLOS PONCE DE LEÓN
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En la época de la moralidad más frágil y sensible en la historia de la humanidad, ante las expresiones discriminatorias de la tribuna contra el rival no hay otra postura que indignarse y buscar erradicarlas. Hoy es lo correcto y no hay justificación. América y Chivas lo entendieron, después de los gritos a Quiñones en Guadalajara; también cuando el Patón Guzmán evidenció ante las cámaras la usual porra que le gritan a los porteros. Aunque no tenga solución, hay que tomar postura pública y hacer lo posible por detenerlas.

Sin embargo, no todos lo han comprendido. Hay un personaje y su club que en los años recientes, en los mismos que forjaron una dinastía campeona, han sido provocadores sin vergüenza, justificando su incitación a la violencia con frases y ademanes en la cancha hacia la grada con sensacionales atajadas y con la conquista de títulos: Nahuel y Tigres, dos históricos que no han entendido (o no lo quieren hacer) que el futbol tiene una responsabilidad que pasa de agradar a la propia comunidad y ganar galardones. Defienden sin reparo los retos que el portero lanza a los seguidores de enfrente; sus excusas no tienen fin. Es tiempo de que cambien su postura.

Esta vez, Guzmán detectó las cámaras en medio del paseo que le metió América a Tigres en el Azteca, aprovechó al reportero Gibrán Araige para recriminar ese tradicional cántico: “que lo vengan a ver, ese no es un portero es una put* de cabaret”. Terrible. Sin embargo, este mismo torneo, al portero del club regio ya se le vio desafiando a la grada, como en Toluca, el Azul, el Azteca, por mencionar tres sedes que capturaron sus imágenes. Con aquella misma porra, el Patón retó que la cantaran más fuerte. Está mal el que lo grita como el que provoca.

El recuento de las Nahueladas y bravatas es casi interminable. Y acaso una tuvo reacción desde Tigres. Mejor dicho, desde Cemex, una ejemplar empresa mexicana, titán de nuestra época, después de que Guzmán pidió a los mexicanos no “colgarse” del club felino en el Mundial de Clubes, le exigieron que sostuviera una bandera de nuestro país para borrar su insensatez. Y de ahí, nada más.

Este fin de semana, la inteligencia de Nahuel le dio para utilizar la inmediatez de las redes y enmarcarse como víctima. Confío que la FMF ponga ejemplo y que como pidió Guzmán, castiguen los gritos discriminatorios. Así como a los provocadores desde la cancha.

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