Opinión

Vero Velázquez

Una experta del mundo Running, quien nos dará los mejores tips para correr y llevar un estilo de vida saludable.

La vida antes y después del maratón

2017-11-03 | Verónica Velázquez
VERóNICA VELáZQUEZ
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Si usted ha corrido un maratón, estará de acuerdo conmigo en que la vida es diferente antes y después de cruzar la meta de los cuarenta y dos kilómetros y ciento noventa y cinco metros.

Y es que generalmente las razones que impulsan a alguien a correr esta distancia tienen una profunda relación con el anhelo de entender quiénes somos y de qué somos capaces.

Se requiere de una disciplina y motivación muy especial para decidir entrenar durante meses con el fin de llegar a la meta, y obtenerlo nos reafirma de manera contundente que hemos
alcanzado un nuevo punto de partida. 

Suena paradójico, y lo es, cruzar la meta de un maratón solamente nos lleva a un lugar donde debemos comenzar todo de nuevo. Pero ese nuevo comienzo es con una nueva mentalidad y filosofía de vida.

Déjeme explicarle a qué me refiero. El comienzo de cada corredor es distinto, las intenciones iniciales pueden ser sencillas, como mejorar nuestro aspecto físico o reducir el estrés. Pero una vez que se comienza a correr es difícil dejarlo, y vienen más kilómetros y nuevas distancias, nuevas competencias. Hasta que de pronto, más tarde para unos y más temprano para otros, llega el deseo de correr un maratón. Llega la incredulidad sobre la posibilidad de lograrlo e -inmediatamente- el deseo de descubrirlo.

Entonces empieza el camino con el simple acto de inscribirnos a una carrera, como cualquier otra, pero sabiendo que ésta -justo ésta- sí será muy diferente y nos cambiará la vida.

El proceso de preparar el cuerpo para correr una distancia como la del maratón es especial. Pasamos por dolores, por cuestionamientos propios y externos: ¿estás loco?, ¿por qué corres tanto?, ¿no te aburres? 

Y es aquí donde comienza el cambio, donde se forja la fortaleza de espíritu, donde entendemos si realmente eso que estamos haciendo es lo que queremos hacer. Es en el esfuerzo de cada fin de semana, en las desmañanadas y las fiestas canceladas, donde podemos percibir que somos otra persona… “¡Y yo que odiaba levantarme temprano! ¿Qué estoy haciendo corriendo antes de que salga el sol?”.

El maratón no son solo los 42 kilómetros, es el viaje en la preparación, a veces laberíntica, que nos hace percibir el mundo de otra forma, de una forma más vulnerable, pero más fuerte, más entusiasta, pero realista.

Y sobre todo, el cambio radical que nos regala el maratón es la certeza de que con disciplina, persistencia y pasión, somos capaces de superar cualquier obstáculo para llegar a una meta. El maratón nos enseña sobre la importancia de sobreponer nuestros deseos sobre nuestros pretextos y eso es útil en todos los aspectos de la vida. Y lo mejor de todo es que, ya que tenemos ese conocimiento, nadie nos lo puede quitar.

Si usted está por correr un maratón, le deseo que el aterrizaje en su nueva forma de ver la vida sea exitoso y satisfactorio. ¡Bienvenido!

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