Tristeza

Lo de Toluca y La Volpe parece haber entrado en una etapa terminal. Por la Bombonera no se veía esta nulidad futbolística desde los años ochenta y me atrevería a decir que en “elaboración” de juego, el equipo actual debe ser el peor de todos, porque a diferencia de aquellas macabras épocas, donde las inversiones no eran tan fuertes, el equipo mostraba amor propio y dignidad, mínimo corrían.

Hoy el cuadro rojo deambula por cualquier cancha sin sentido, sin idea, sin hambre, sin nada. Es una tristeza ver cómo se pisotea la camiseta y la historia de una institución como es el Deportivo Toluca. Son contados los jugadores que podrían salvarse de una quema, pero es un equipo y todos van dentro de una bolsa a la cual La Volpe no le encuentra las agarraderas.

Increíble ver cómo un equipo del experimentado Ricardo Antonio no ataca, y cuando pretende hacerlo lo hace sin solvencia, sin profundidad y con un nueve que se olvidó todos los goles en Independiente de Avellaneda y ahora se queja de la gente que lo critica insinuando que las “hinchadas grandes” siempre alientan. Cómo se nota que olvidó su dramática salida de Boca Juniors y lo que el público del Xeneize le gritaba.

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El aficionado se cansó porque este club durante mucho tiempo hizo que se olvidaran los años tristes con temporadas heroicas y repletas de gloria. Hoy da la impresión que por más que se invierta el asunto está tirado a la basura, los jugadores pasan y los títulos se han esfumado. Y es que los futbolistas quieren solapadores y no exigencia para cubrir las altas expectativas que tiene una institución con semejantes pergaminos.

Toluca y varios equipos más que hoy se arrastran en la mediocridad a pesar de ser millonarios, podrán comprar los futbolistas que se les antojen, pero hay algo que su dinero jamás podrá obtener y eso es saber si a los tipos que contratan vienen con alma o sólo de paso, sin importarles un comino la camiseta que visten o el club que representan.