Sólo un milagro

No se ve cómo alguien pueda rugirle al León. De los cuatro equipos que quedaron en Semifinales la Fiera por mucho es el que mejor domina un estilo estético con tintes decorativos agradables a la vista de la mayoría.

Un conjunto que ataca con idea y de varias maneras. Una escuadra hecha equipo que no depende exclusivamente de individualidades como sí lo hace el América.

Club chato en táctica el de Coapa que espera que Marchesín haga atajadas imposibles o que sus centrales en pelota detenida a favor marquen diferencia por arriba si es que Renato o Ibargüen no están enchufados en los mano a mano.

Después pedirle cuatro toques seguidos en la zona importante a este equipo parece una utopía. Las Águilas rogaron por la hora, hicieron tiempo, provocaron conatos de bronca constantes y lo peor buscaron pararse para el contragolpe que nunca llegó. Cosas de equipo chico y no de la envergadura que los pergaminos amarillos presumen.

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América se volvió contra Cruz Azul en la Vuelta, una oncena escrupulosa que tentó el destino traicionando su ideología, quizá por necesidad, quizá por planeación, quizá por ignorancia, quizá por limitación.

El asunto es que si quieren tratar de hacerle algo al León deberán proponer un juego abierto porque de todas maneras, si se encierran buscando alargar el resultado podrían meterse en un problema severo, ya que si el Azul generó seis llegadas importantes en ataque cuando los cremas pusieron el camión bajo los postes, este León les puede crear 10 jugadas de cara a portería tranquilamente.