Credibilidad azul

Antes de comenzar con el torneo se sabía que Cruz Azul tendría dos demonios que afrontar. Uno, encontrar regularidad y confianza en un plantel ultra reforzado con miras a la Liguilla, y la otra, observar a la distancia la Jornada 14 del torneo, donde su clásico rival, y por momentos de la historia contemporánea “bestia negra”, el América, lo pondría a prueba para dictaminar los alcances de la escuadra que maneja en el campo Caixinha y en los escritorios Peláez.

Lo que el certamen arrojó desde el inicio parecía que tendría para esa fecha a un Azul empoderado del primer sitio y bajo solvencia deportiva; sin embargo, los resultados fuera de casa han dejado al cuadro cementero con un dejo de incertidumbre y en posición de la tabla por debajo de un conjunto pragmático y descolorido como las Águilas, que a cuatro partidos de terminar con la etapa regular van líderes pero sin convencer a nadie.

El fin de semana La Máquina tiene su primer examen profesional en busca de lidiar con fantasmas y de fortalecer opciones del tan ansiado título.

Se sabe que en el balompié nacional ganar un Clásico, más allá de la satisfacción inmediata, no te garantiza nada; sin embargo, el golpe anímico rumbo a las finales puede ser crucial.

América es menos endeble a esos golpes del corazón; no obstante, el Azul sí podría resentirlo de manera más voraz.

Cruz Azul sabe que si no gana tampoco puede perder; arrancar un empate contra el América independientemente de las circunstancias que entregue el juego, será fundamental para que ellos mismos sigan creyendo en que este proyecto es “el bueno” y no uno más de los más de 40 que han pasado sin la certidumbre de dar la vuelta olímpica por los lares de La Noria.