Máscara Año 2000: 'Perro Aguayo hacía la lucha libre en su máximo esplendor'

Perro Aguayo en sesión fotográfica
Perro Aguayo en sesión fotográfica | RÉCORD
El Dinamita dijo que el Can de Nochistlán fue el oponente más complicado arriba del ring
2019-07-05 | CARLOS ZULBARÁN
f.salazar
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La figura de Pedro 'Perro' Aguayo Damián será recordada como un emblema de la lucha libre, un hombre que entregó todo por el deporte y que dejó un legado invaluable sobre el ring.

Máscara Año 2000, uno de los más grandes rivales del Can de Nochistlán y quien entregó su tapa al gladiador originario de Zacatecas, aseguró a RÉCORD que la figura de don Pedro era la fina estampa de lo que en verdad es la lucha libre mexicana.

"El Perro Aguayo fue rudo y técnico, un fuera de serie, el luchador más completo que he visto. Siempre lo he dicho, él hacía la lucha libre en su máximo esplendor. Llegaba, aplicaba llaves, tomas de réferi y a la primera, ya que estaba dando golpes y lances, mordidas, le metía de todo y eso es la lucha libre.

"Como luchador fue lo máximo, es el ejemplo perfecto que todos los que nos dedicamos a esto debemos seguir. Si todos los luchadores fueran como él, nuestro deporte se mantendría en lo más alto. Fue todo como luchador", indicó Chucho Reyes.

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El Capo de Lagos de Moreno, Jalisco, destacó que antes de su intenso odio deportivo- el cual llegó a regalar algunos de los mejores combates de la historia-, el creador de las 'lanzas' fue uno de sus grandes amigos y uno de los pocos en el ámbito que conoció a fondo como ser humano.

"Daba su vida y se entregaba. Mi admiración y respeto porque fue mi mejor amigo cuando yo estaba en el rancho y él ya era una figura mundial. Llegué a ir a su casa porque había mucha amistad, yo lo seguiré queriendo. Como amigo siempre fue honesto, humilde, una persona extraordinaria".

Máscara Año 2000 relató cómo se gestó la rivalidad entre ambos, la cual los distanció un poco como amigos, aunque el cariño siempre prevaleció.

"Se cambió a técnico y fue cuando nos comenzamos a enfrentar. En un programa de televisión se hizo el reto de apuestas y acepté. Arriba del ring no era mi amigo, sino el oponente más complicado, nos surtíamos bonito.

"La amistad no se acabó, sólo la rivalidad fue más allá de lo normal; sin embargo, yo siempre lo seguí queriendo", finalizó el Dinamita