Metamorfosis

Por fin tenemos humo blanco, tenemos entrenador. Después de una lerda planeación, y más lenta aún ejecución, te contrataron, Gerardo Martino. Fue triste la previa, pero el que te hayan traído es maravilloso, un bálsamo en todos los sentidos. Primero, porque eres un prócer de la dirección técnica, un experimentado, sabio, exitoso e inteligente entrenador, y con medulares laureles en varias latitudes. Y segundo, porque varias rémoras andaban acechando el puesto sin tener la mínima clase para ostentarlo. 

Desde tu interinato, Ricardo Ferretti, iniciaste una salubre purificación, una necesaria renovación generacional. Sabemos de tu osadía y de tu nulo vínculo con nadie que no sean tus ideas y el pensar de tu gente de confianza. Pusiste en marcha el molino, lo dejas moviéndose, sano. Obviamente necesitará de algunos naturales ajustes, pero lo arrancaste y lo dejas andando, que era lo más espinoso. 

Acorde a la manera de proceder de varios dirigentes de la Selección, tengo profundas dudas que la purificación continúe, en específico por ciertas declaraciones tuyas Guillermo Cantú, en donde con blandengues discursos has defendido a varios futbolistas mexicanos que declinaron convocatorias. Este absurdo temor al futbolista resulta escalofriante, máxime cuando algunos han demostrado en tres Mundiales, repito, tres Mundiales, que no van a dar más, que ya llegaron a su techo, el cual no fue para espantar ni sorprender a nadie. 

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Es un lindo momento para que te den el peso que requieres tú, Gerardo Torrado, para la toma de decisiones y para la implementación de contundentes y claras reglas que le apliquen a todos por igual.

Eres un exfutbolista con logros impresionantes como jugador de club y de Selección; fuiste de los pocos que se animó a viajar a Europa desafiando el pacto de caballeros, o de bandoleros, como suele decir el gran doctor Miguel Mejía Barón. Eres un tipo educado, con estudios, culto, de una sola pieza, íntegro, jerárquico. 

Es momento que te suelten la correa, que te dejen libre, que seas tú el jefe, nadie más, es tiempo de equilibrar el desmedido poder de las cofradías dentro de la Selección Nacional que no le han hecho bien a nadie.

Que quede claro, el más importante del juego es el futbolista, lo dije ayer, lo digo hoy, y lo diré siempre, pero si el poder que debe ostentar es mal utilizado, entonces ese protagonismo que le corresponde debe ser acotado. Malos líderes han mandado al carajo a deliciosas y virtuosas agrupaciones. No tengan miedo de cerrarle la puerta por y para siempre, a esos personajes novicios que tienen perfectamente identificados.

Todavía me retumba aquel comentario que hiciste Decio de María en algún evento de Coca-Cola en Monterrey hace varios ayeres, en donde entre risa y alarma señalaste que no supiste en qué momento algunos futbolistas de la Selección Azteca se habían desconectado de la realidad, se habían ido a Saturno sin boleto de regreso.

Entiendo sin mayor dificultad que tú, Gerardo Martino, ahora que llegues tendrás que asesorarte sobre los futbolistas de nuestra nación, tanto los 'europeos' como los locales. No hay que ser un genio para saber que no tomarás riesgos excesivos, máxime al inicio de tu gestión. Es por ello que resulta primordial que los dirigentes, que penosamente han mostrado sentirse intimidados por ciertos futbolistas, te den un perfecto análisis deportivo y de comportamiento de cada uno para que tomes las mejores resoluciones sobre cómo, con quién y por dónde continuar con la necesaria purificación. Por lo mismo insisto en que deben darte total poder Gerardo Torrado para que exista un verdadero triángulo equilátero en la Selección Nacional, para que exista un verdadero equilibrio entre entrenador, dirigente y jugador. Las historias recientes de desequilibrio entres estas tres partes ha sido grosera, y uno de los causales del claro estancamiento del representativo nacional.

Siempre me han gustado las renovaciones, los inicios, me parecen momentos cumbre, para mejorar, limpiar, cambiar el rumbo, explorar caminos alternativos, hacer las cosas de diferente manera, ánimas y eso suceda con tu llegada Gerardo Martino. Se necesita urgentemente.