Hazañas del deporte: Remontada de Patriots en el Super Bowl LI
El reloj señalaba 2 minutos con 12 segundos por jugarse en el tercer cuarto y el marcador un lapidario 28-3 a favor de los Falcons sobre Patriots. El desenlace parecía inminente, la pirotecnia estaba lista y las camisetas con la leyenda 'Super Bowl LI Champions' con el logotipo de Atlanta habían sido desempaquetadas para repartirlas, hasta que de pronto, la dinastía más gloriosa en la historia de la NFL frenó de súbito el anticipado festejo.
Los Patriots perdían por 25 puntos cuando de pronto, los rostros en el NRG Stadium de Houston, Texas, pasaron de tener una predominante sonrisa a quedar boquiabiertos ante la imponente exhibición de Tom Brady y compañía en la más grande remontada en la historia del Super Bowl.
Lo lograron gracias a una crucial captura de Dont'a Hightower y las artísticas manos de Julian Edelman. Pero sobre todo, bajo la magistral gestión del reloj de un maestro como Bill Belichick combinado con la heroica presencia del quarterback más ganador de todos los tiempos en el campo.
TB12 completó 43 de 62 pases para 466 yardas, con dos touchdowns y una intercepción, una actuación que le valió para ser proclamado como el Jugador Más Valioso del Gran Juego por cuarta vez en su carrera. Pero en ninguno de los otros tres casos anteriores había manejado una temporada tan desafiante como esta, desde la enfermedad que contrajo su madre, Galynn, hasta la suspensión de cuatro juegos que sirvió como castigo de la prolongada saga conocida como Deflategate.
Con su reputación manchada por el escándalo de los balones desinflados y una sanción que lo dejó marcado de por vida, Brady se embarcó en una gira nacional de reivindicación que llegó a su punto culminante en el mismo lugar donde ganó su segundo anillo de Campeón en febrero de 2004, mucho antes de que New England alcanzara el estatus de dinastía en una era diseñada para fomentar la paridad.
Los Patriots detuvieron a Atlanta en sus cuatro posesiones del cuarto periodo, Brady quedó con dos tiempos fuera y 3:30 restantes, con un déficit reducido a 8 puntos. Arrastró las cadenas 91 yardas en un drive que incluyó una recepción de Edelman tan absurda como épica, que significó el resumen de la dinastía patriot en una jugada.
New England anotó, realizó la conversión de dos puntos y en tiempo extra sentenció una victoria que quedó para el recuerdo como la más grande proeza en la historia del Super Bowl.
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