Cumplamos propósitos

Estamos a unas cuantas horas para que termine el 2017. Ése es el tiempo que nos queda para pensar en los propósitos de Año Nuevo, ¿usted ya tiene una lista de los objetivos a lograr en el 2018?

Las estadísticas dicen que el 50% de los mexicanos definimos propósitos cada inicio de año y que el primero de la lista siempre tiene que ver con hacer ejercicio o bajar de peso. Una muy buena intención para comenzar; sin embargo, el problema es que sólo se queda en eso, en la intención de hacerlo. Los datos muestran también que únicamente una de cada cuatro personas logra lo que se propone en Año Nuevo. La cifra es bastante baja; no obstante, es un buen comienzo. Confiemos en que, al paso del tiempo, ese 25% de las personas que se plantearon el objetivo de hacer ejercicio y lo lograron, contagien a otro 25% más. Yo estoy segura de que los buenos hábitos se contagian, así que si usted es uno de los que ya les picó el bicho del ejercicio, invite a alguien, le hará bien a usted, a la otra persona y a nuestro país.

Pero retomemos el tema de los propósitos, porque hoy le quiero compartir dos elementos clave para lograrlos.

El primero y el más importante es que el objetivo a lograr esté bien planteado y sobre todo, que sea un deseo individual y genuino. De nada sirve definir una meta si es para quedar bien con algo o con alguien, mucho menos si está basada en tener que lograr algo. 

No me malentienda, no quiere decir que “lograr correr mi primer maratón” no sea un buen propósito, sólo dejaría de serlo si los motivos detrás de este objetivo están conectados con algún temor personal, como no pertenecer a algo o no ser suficiente.

Correr un maratón por primera vez puede ser un buen propósito, si detrás de este sueño está el anhelo de transformarnos, de desarrollar nuestro potencial, de sentirnos en plenitud. Un objetivo que se plantea desde el corazón debe hacernos sentirnos plenos y alejarnos de buscar la perfección. 

Una vez teniendo claridad de lo que queremos alcanzar, el siguiente paso es hacer un plan y establecer una forma para medir los avances. Muchos propósitos se quedan en el tintero porque los vemos lejanos o porque requieren de mucho esfuerzo, pero si los vamos construyendo, poco a poco, día a día, los pequeños logros nos ayudan a mantener la motivación.

De tal forma que la clave está en dividir el objetivo a largo plazo, en pequeños objetivos a corto plazo. Siguiendo con el ejemplo de correr un maratón por primera vez, un buen primer paso en el plan sería buscar un entrenamiento personalizado y adaptado a nuestras necesidades.

Lo que sigue es comprometerse, que es ahí donde puede ser diferente para cada persona. Algunos necesitamos un compromiso externo, como pagar el gimnasio o la inscripción a la carrera. A otros les basta con el compromiso consigo mismos y con el auto reproche al no cumplir con lo acordado. 

En cualquiera de los dos casos le recomiendo agendar sus entrenamientos como cita inamovible (con nosotros mismos o con alguien más).

Este 2018, yo lo invito a plantearse un objetivo como corredor, quizás sea correr 5 kilómetros, mejorar en un 10K o correr un primer maratón.

Cuénteme cuál es su meta y si le parece bien, le ponemos fecha de revisión. Estaré al tanto de sus avances.