Opinión

Vero Velázquez

Una experta del mundo Running, quien nos dará los mejores tips para correr y llevar un estilo de vida saludable.

Condicionar la mente

2018-06-08 | Verónica Velázquez
VERóNICA VELáZQUEZ
Comparte en:
Contenido Patrocinado

Conozco a muy pocos corredores que realmente cumplan con su plan entrenamiento al pie de la letra. Si usted lo ha logrado, lo felicito.

A la fecha, después de muchos años corriendo y de conocer a una buena cantidad de corredores amateur disciplinados y responsables, nunca he escuchado que alguno de ellos diga “cumplí el cien por ciento de mi entrenamiento”. Siempre, por alguna razón, algo se atraviesa: el trabajo, algún compromiso familiar, una lesión o simple y sencillamente falta de motivación.

Los obstáculos que están fuera de nuestro control, de cierta forma ‘justifican la falta’, como en la escuela. Porque no todo en la vida es correr (al menos para los aficionados) y a veces hay que priorizar a la familia, a la salud o al trabajo sobre el entrenamiento.

Pero la inasistencia a una sesión que definitivamente no tiene justificación es la que se deriva de un obstáculo mental, de un obstáculo que sí depende de nosotros. Y hoy le quiero compartir algunas herramientas que podemos poner en marcha para comprometernos y responsabilizarnos con nuestro entrenamiento como corredores.

Para cumplir al cien con un programa, sin considerar las ausencias obligatorias, hay que tener un sentido de responsabilidad muy desarrollado. Sin embargo, hay días inevitables en los que no tenemos ganas de salir a correr o que imaginamos que la sesión de pesas tiene más parecido a una tortura.

¿Cómo vencer estos momentos de desmotivación? La primera herramienta es tener una clara conciencia del motivo profundo por el cual entrenamos, el porqué de nuestro objetivo. Quizás sea ser un mejor corredor o mejorar nuestro tiempo en un 10K o simplemente sentirnos más saludables y fuertes.

Cualquiera que sea la razón, tenerla presente hace mucho más fácil seguir con el plan. Recordar cada día, antes de ponernos los tenis, por qué lo estamos haciendo puede ser una inyección instantánea de entusiasmo y de la pasión.

Otro elemento clave para mantener la continuidad en un entrenamiento es buscar aliados, personas que tengan los mismos intereses, ya sea virtualmente, presencialmente o incluso a través de libros, blogs y podcast.

Hoy en día, la comunidad de corredores en las redes sociales a nivel mundial es gigantesca y el apoyo se puede encontrar fácilmente. Pero mi recomendación sería encontrar compañeros de entrenamiento con quien agendar citas para correr.

Está comprobado que el estilo de vida saludable es contagioso. Cuanto más tiempo pasamos con personas que están logrando un objetivo similar al nuestro, más fácil es el objetivo. Así que correr en grupo puede ser una gran idea para quien tiene muchos días sin motivación. La energía grupal siempre ayuda.

Otra táctica que probar es ‘jugar’ con nuestro cerebro. Ahora le explico cómo, es relativamente sencillo. Al repetir una conducta sistemáticamente este órgano de nuestro cuerpo genera conexiones neuronales que categorizan esa acción como un hábito; y los hábitos tienen una característica interesantísima: los hacemos mecánicamente, es decir, sin esfuerzo.

Esto quiere decir que cuanto más repetimos ciertas rutinas, más fáciles son. Ahora bien, para ayudarle al cerebro a hacer esto, la recomendación es estructurar la adopción de este nuevo ‘hábito’ a través de un recordatorio y una recompensa. ¿Cómo? Agendando el entrenamiento ya sea en una agenda física o en el celular.

Idealmente, con una alarma que nos recuerde lo que tenemos que hacer. Y la recompensa puede ser algo tan sencillo como poner una palomita en el calendario o compartir el logro en las redes sociales. Otra recompensa por supuesto, es reconocer la sensación de bienestar que da una buena sesión de carrera. Estas acciones tan simples nos ayudan a validar que estamos avanzando, cumpliendo con el compromiso.

Si todos los días seguimos el mismo patrón: atender la alarma, salir a correr, regresar y palomear el calendario; nuestro cerebro aprenderá que es fácil hacerlo y eventualmente lo será.

Todas estas acciones parecen medidas muy sencillas, y en realidad lo son, pero son pequeños trucos que pueden hacer que la mente se condicione y nos ayude a hacer lo que tienes que hacer.

Contenido Patrocinado