Opinión

Rubén Rodríguez

El periodista de Fox Sports llega a RÉCORD para revelarnos las bombas del futbol nacional y de la Selección Mexicana.

Rusia, el último gran Mundial

2018-07-18 | Rubén Rodríguez
RUBéN RODRíGUEZ
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Hace 46 días atrás abordamos un avión rumbo a Estocolmo para ver jugar a rivales de la Selección Mexicana en amistosos ante Dinamarca y Suecia para luego sacar la calculadora, hacer cuentas y comenzar con la típica tradición de cada Mundial, sí podrán, ahora sí.

Llegamos a Rusia con incertidumbre, pero con mensajes claros del Mundial diferente, imaginar cosas chingonas, respetar a Alemania, la fiesta que marcó a algunos y desenmascaró a otros en el grupo, en fin; ingredientes de cada cuatro años que dan sabor a un Mundial a la mexicana. Días antes el júbilo y el regocijo por un tercer Mundial para México encendió la energía y vio una de las imágenes de la Copa Mundial: ver llorar a Decio de Maria, expresidente de la FMF, invadido por la nostalgia y el sentimiento.

Un Mundial que estaba listo y servido para sorprendernos, y es que quien olvida que la anfitriona, Rusia y su 5-0 en el juego inaugural prendió el certamen, las lágrimas por la conmovedora y fuerte historia y tragedia de Gilberto y su familia (QEPD), conocer las duras historias de infancia de Modric y compañía en la antigua Yugoslavia y que ahora forjaron el carácter de la selección que se ganó el corazón del Mundial.

O la maravillosa frase del Chucky Lozano... en cada estadio y en cada tribuna, los grandes momentos de Guillermo Ochoa, la decepción alemana, la tristeza por el futbol de Neymar, la frustración de Messi y Argentina, el golazo de Cristiano y por supuesto, lo que prendió la mecha, el triunfo frente a Alemania, una de las campanadas más sonantes del futbol mexicano en años y los premios de consolación que siempre gana mi México por su pasión y afición: presencia en redes sociales que ahora son el mejor termómetro para medir la inmensidad de un momento y el vehículo para transportarnos a donde no pudimos asistir.

ACIERTOS: FAN-ID, MODO DE CONTROL

Un mundial que iniciaba de manera distinta para México y para cada una de la selecciones participantes. Una Copa del Mundo que tuvo grandes momentos y enormes aciertos como la hospitalidad del ruso, la seguridad a cada segundo, la inmersión del VAR y la gran medida de detección y control que es el FAN-ID, un mundial que cambió por completo la percepción que por años nos vendieron de dónde veníamos: que los rusos son los malos de la película, una mentira que cayó entes nuestros ojos al ser un país que sorprendió, gustó y maravilló al mundo a través del balón, y que dejó en claro que en Rusia el amor y devoción, en su mayoría, a su presiente, Vladimir Putin es una manera de vida una manera de agradecimiento al poder y presencia que ya no tenían y que ahora representan. Como olvidan en los 64 juegos a la presidenta de Croacia y su lección para todos los políticos del mundo y obvio, el abrazo de calma y consuelo a cada jugador en la final bajo la lluvia.

TIEMPOS DE CAMBIO 

Vivencias que ahora son recuerdos y que por más que trates de subir a la nube, se mantendrán en la conexión acústica al escuchar Rusia, y ahora imaginar a Qatar en octubre y noviembre del 2022 con un concepto diferente y una gran oportunidad para el mundo arabe de cambiar su imagen de modificar su día, de conquistar el mundo con un balón. De darles un pase para cambiar su rígida estructura de control hacia las mujeres y darles el rol no que merecen sino al que tienen derecho, el de elegir.

Proceso para verlo mayor que todos donde unos ya han comenzado y otros están a la espera de hacerlo, como México y Estados Unidos, donde el primero espera concluir un proceso entre desgaste y desgaste, aunque una cabeza quiera mantener la continuidad del mismo. Y el otro país esté a la espera de esta misma decisión para formalizar su nueva estructura y proyecto al mando de Juan Carlos Osorio, tiempos de cambio y movimientos que luego de un tiempo haciendo lo mismo se vuelven urgentes y contundentes por necesidad en el futbol mexicano.

Una Copa del Mundo que se fue apresuradamente para los que la siguieron por estas páginas, por las cadenas abiertas o la TV de paga, para los que tuvimos el agrado de vivir más de siete semanas en Moscú y trabajar en México al mismo tiempo fue lento, pero, alentador y sumamente satisfactorio. Después de cuatro años ya no pensamos en modo Rusia 2018, ahora imaginamos y pensamos un Mundial con compras navideñas y regalos para todos.

MODO MEXICANO

Ahora a pensar en mexicano, ya que en cuatro días tenemos nuestra bendita Liga MX, así de rápido y de golpe para no enfriar la pasión por el futbol y para tener un pretexto de joder al de a lado y toda la semana. 

Un torneo que tendrá obligación inmediata para algunos, necesidad para otros y compromiso para unos. La estructura del futbol cambiará, nuevas caras aparecerán y la cara principal, Yon de Luisa tendrá el enorme compromiso de ilusionar a su afición con un proyecto incluyente, estricto y contundente en selecciones nacionales para volver a creer en un mundial diferente, en el que el triunfo frente a Alemania no sea campanazo sino costumbre, que la generación que viene además de hambrienta, sea exitosa por instinto por calidad y no por espasmos, al tiempo de que nosotros, prensa, tengamos que aprender a respetar y esperar, a manejar los tiempos y darle su lugar a cada quien no en la historia sino en presente, suena a educar a todo el futbol mexicano, yo le llamaría a reestructurar lo que hay.

Gracias a Rusia por ser distinto y darnos, en general, la oportunidad de modificar, crecer y aprender. Gracias a ustedes por un Mundial chingón.

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