Opinión

Rubén Rodríguez

El periodista de Fox Sports llega a RÉCORD para revelarnos las bombas del futbol nacional y de la Selección Mexicana.

Cantú lo quiere; Osorio no

2018-07-04 | Rubén Rodríguez
RUBéN RODRíGUEZ
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Por momentos, en especial en los primeros tiempos, daba la impresión de ser congruentes con lo que decían y hacían. Sin embargo, y como suele ocurrir en los torneos importantes, la calidad se impone. 

A Osorio le podrán tachar de todo y hasta de loco, científico, meticuloso, obsesivo, pero si de algo estamos seguros, es que dotó de todos los elementos al alcance para que sus jugadores pudieran y tuvieran un Mundial diferente, desde ponerles un chip electrónico en el colchón para medirles las horas de sueño hasta su trabajo personalizado. 

Este tipo de detalles son los que a un grupo de directivos y al mismo que va a tomar la iniciativa de presentar el nuevo proyecto (Guillermo Cantú) le encantan del colombiano, por ello es que le han ofrecido (a entrenador colombiano) sentarse a platicar sobre la Selección, planes, desarrollo y conclusiones de tres años de trabajo, para luego tomar la determinación en el mando técnico del Tricolor.

Osorio no quiere quedarse con el combinado nacional, el hartazgo que vive ahí es su principal carta para no continuar. Las constantes críticas y descalificaciones lo hacen pensar varias veces si seguir o no, aunque todo dependerá de lo que tiene en mesa y no de México, sino de otros países (Estados Unidos, Colombia o clubes) para que con base tome su decisión.

Suecia liquidó el 'sueño ching...'

El resultado contra Suecia partió el camino, la actitud y generó cierto descontento hacia el entrenador, ya que si bien esperaban jugar algunos que no fueron tomados en cuenta, que fueron varios, en ese tercer partido buscaban minutos para refresco del equipo y equilibrio del grupo. Sin embargo, no llegó y para algunos de los seleccionados no fue igual en los días siguientes, ni en concentración ni en actitud.

Detalles para una continuidad

El trabajo vendrá para los directivos, románticos amantes de la continuidad y resultadistas para evaluar una gestión de tres años, donde la productividad es increíble y destacada.

Donde en 51 partidos, el sistema de competencia interna sembró una estructura de juego, donde se probaron pocos jugadores y al final estuvieron en la fiesta final los que más minutos sumaron. Pero como siempre ocurren, los peros se imponen y esta vez es que en la gestión de Juan carlos Osorio los pecados principales fueron en partidos imperdibles, en encuentros de eliminación directa y donde se falló.

Sin embargo siempre fueron con equipos por encima de su nivel, donde la ejecución fue lo que menos se utilizó, argumentos que al final del día contaran para la continuidad de Osorio.

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