Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Vinicius Junior, intrusión

2019-03-01 | Luis García
LUIS GARCíA
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Con muy pocos años, apenas 18, has decidido irrumpir como un vendaval en el futbol mundial, que te contrate el Real Madrid y te ponga en el primer equipo, por sí solo confirma que posees habilidades nada comunes, esas extrañas y mágicas virtudes que no se compran en botica ni en ningún sitio, simplemente se traen por natura.

Por supuesto que tus notables malabares deben seguirse perfeccionando, nadie interrumpe o termina su formación deportiva cuando apenas se consigue la mayoría de edad. Tu desparpajo cuando te vistes de corto es delicioso, tu locura para encarar a múltiples rivales sin importarte nombre, jerarquía e historia nos habla de que eres un tipo intrépido con una monumental confianza en ti mismo. Tus impredecibles regates son un bálsamo al rigor que en la actualidad apresan a la pelota, tú pugnas por lo artístico cuando el entorno apunta a lo monótono, lo tuyo es el color en un escenario que tira hacia lo blanco y negro.

Mientras todos extrañan al titán de Cristiano Ronaldo, tú ni te inmutas, tú vas a la tuya, tanto que ya eres titular en la Casa Blanca y acabas de recibir tu primer llamado a la selección brasileña. Poca cosa siendo un chamaco imberbe, perdón que insista con tu precaria edad, pero no es tema menor que estés surcando cielos tan altos cuando acabas de salir del cascarón, supongo que esa inocencia e inconsciencia juegan en tu favor para animarte a tirarte al abismo sin paracaídas.

Tuve el privilegio de verte jugar en vivo en el Camp Nou, en el partido de Ida de la Semifinal de la Copa del Rey, y me constó cómo cada vez que tenías el balón en tus pies generabas murmullos de nerviosismo en la conocedora grada catalana.

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Ahora bien, también existen aspectos que debes mejorar pronto más que tarde, para que tu irrupción en los mejores escenarios deportivos sea eterna. Una de las medulares es el manejo de tu explosiva velocidad, casi todo lo
haces a máxima velocidad, y eso es un pecado, sobre todo cuando ingresas al área enemiga, ese lugar debe ser como la sala de tu casa en donde el jefe debe estar en control, y a ti te cuesta estar en control, eres tan veloz y eléctrico que por ello has tenido clamorosos yerros a centímetros de la puerta oponente. La velocidad no es tan amiga de la precisión, la perfecta combinación de ambas te puede llevar a otra galaxia, pero el sutil manejo de las velocidades y los tiempos también te pueden catapultar. Muchos de tus remates a gol no llevan ni siquiera dirección de portería, entiendo que no todas las pelotas pueden culminar rompiendo redes enemigas, pero tu primer chamba descansa en mejorar el porcentaje de tus remates, la mayoría deben ir con dirección a portería, luego vendrá el asunto de concretar. Que dicho sea de paso, no es tu principal virtud, lo tuyo es desajustar al enemigo en otras zonas del campo, pero como delantero tener un lindo vínculo con el área grande y chica enemiga, con la portería rival, y obvio con el gol, resulta esencial para subsistir. Ya habrán llovido algunos palos por las fallas ante Marc-André ter Stegen el pasado miércoles, pero estoy cierto no menguará un ápice tu luz, tus altas vibraciones ni esa envidiable sonrisa pozolera que tienes tatuada y que nos contagias.

En escaso tiempo te has convertido en un poderoso embajador de la alegría, y en un orbe futbolístico que tiende a boicotear la felicidad, entes como tú son invaluables y sumamente necesarios, harta suerte en tu cruzada para conquistar el mundo, de entrada tu inicio no ha sido nada despreciable, querido Vinicius. 

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