Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Real Madrid... flotación

2018-10-23 | Luis García
LUIS GARCíA
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El transitar de la 'Casa Blanca' es indigno de su jerarquía, su lerdo y tembloroso caminar resulta incluso inexplicable, tanto que se podría recurrir al tan enigmático karma, sin garantía que en ese paraje descansen los porqués de la actual malaria que está viviendo.

Decir que tú, Florentino Pérez, eres un neófito y que no sabes de gerencia deportiva, sería estúpido en todos los sentidos, eres un tiburón, un genio, un adelantado y tu exitoso historial te avala. No se puede obviar que has contado con excelsos operadores que han dado resonancia a tu legado y locuras.

Pero el pasado verano, que como diría Alejandra Guzmán en su salerosa rola, fue un verano peligroso, algo se descompuso, se fue la magia, se extravió ese duende para la gestación de proyectos.

Tampoco me parece para liquidar a todos en el Real Madrid, que un coloso esté rengueando de mala manera no es normal, pero también me parece válido, es imposible, la historia es clara y contundente, que una organización por más magnánima que ésta sea, se mantenga siempre en el limbo, las caídas son naturales e incluso sumamente necesarias, funcionan como obligados reacomodos para mejores lanzamientos.

En el recuento de los daños de este grisáceo Madrid, resultaba prácticamente improbable encontrar relevos que estuvieran a la altura de dos leyendas, tu sensata, pero sorpresiva salida, Zinedine Zidane, agarró a todos los mandos blancos con los calzones en las rodillas, pretender encontrar a un suplente con tu sobriedad, tu inteligencia emocional, tu capacidad para aglutinar una Torre de Babel, tu salubre y sano liderazgo, y para acabarla de joder que ganaste todo, era una apuesta perdida, así viniera un marciano a dirigir el banquillo merengue.

Por ello lo tuyo, Julen Lopetegui, no me parece tan grave, estabas condenado desde el primer día que pusieras tu trasero en la banca del Santiago Bernabéu, lo que le agregó sal y pimienta a tu taimada llegada fue, precisamente, el cómo de tu llegada, la novela barata montada por ambas partes de la historia fue deleznable por decir lo menos.

Dada la grosera turbulencia generada por tu salida de la selección española y tu arribo a la 'Casa Blanca', todos quedaron embarrados, todos, nadie salió vivo, las buenas historias empiezan con un cuaderno en blanco, empiezan de cero, sin rozaduras, la tuya empezó con un cuaderno tachado, empezó con menos diez, y con severos roces.

Y eso que contabas y cuentas, con la venia del jefe supremo del vestidor, tu máximo protector fue, es y será Sergio Ramos, tener a un comandante de tal envergadura cuidándote no se halla fácil.

La otra salida imposible de rellenar fue la tuya, Cristiano Ronaldo, era un tema de matemática pura, al Madrid le iba a faltar un racimo de goles que no podrían hacer ni varios delanteros juntos, como para pensar que alguien en solitario podría tapar un hueco de mayúsculas proporciones.

Otra apuesta perdida desde la salida, entiendo que existen ocasiones que hay que perder, tirar la baraja, salirse de la ruleta, levantarse de la mesa de juego con pérdidas, se puede vivir con una medular ausencia mientras se buscan soluciones, las cuales nunca serán inmediatas, pero que gradualmente se encontrarán y se forjarán caminos alternativos de subsistencia.

Pero jugar con dos descomunales pérdidas a la vez es acercarse a la barranca sin necesidad alguna, estoy cierto que el Real Madrid no se va a desbarrancar, nunca lo ha hecho, nunca le pasará, pero estos agrios momentos los pudo haber amainando, de que existiría dolor, eso era inherente a prescindir de leyendas, torpe fue hacerlo de golpe, sintiéndose inmunes a la partida de un par de monstruos que tenían las espaldas muy anchas para soportar los embates de adentro y de afuera.

Debo decir que me gustó mucho escucharte Francisco Román Alarcón 'Isco', en estos momentos en donde tu lesión está lastimando a los tuyos de profunda forma, levantaste la voz desde la enfermería, en un valeroso y rebelde acto diciendo que no se puede llorar por alguien que no quería estar.

Este tipo de gestos no los puede hacer cualquiera, tú ya no eres un cualquiera, eres capo en la selección española, y también lo eres en el Real Madrid, y debes actuar en concordancia con tus medallas, creo que lo hiciste.

No sé qué impacto puedan tener en las entrañas blancas tus declaraciones, pero si yo fuera tu compañero te iría a abrazar, y te agradecería que te hubieras mojado, el proteger a los que deciden quedarse y aguantar temporales es una obligación que tenemos todos, tú la cumpliste, y por lo menos, por ahora las miradas apuntarán hacia otro ente que no sea tu entrenador blanco.

El observar cómo se encuentra dolido, doblado y en pena al Real Madrid genera en el orbe de la pelota una extraña sensación de satisfacción, cuando el club más poderoso del planeta sufre y se le percibe vulnerable, es como si fuera más humano, más normal, más como todos, y menos como el inalcanzable.

Lo malo para esas entidades es que el Real Madrid no pasa, ni pasará mucho más tiempo en el actual pantano, su estirpe, su raza, sus ancestros y sus actuales arrastrarán como diría el 'Sabio de Hortaleza', Luis Aragonés, por lo civil o por lo criminal, al club blanco al trono del cual de vez en cuando bajan sin quererlo para ser mundanos.

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