Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Martino: Validez

2018-09-29 | Luis García
LUIS GARCíA
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Da la impresión que la pesquisa por el mesías terminó después de una lerda movilización en pos del redentor que nos arrastre a tierra prometida. Porque, querido Yon de Luisa, contactar a más de 20 personajes, unos en persona, otros vía telefónica, no significa haber realizado una reflexiva y concienzuda búsqueda; hasta el momento han sido lentos e inhábiles para definir un proyecto que no le sobra tiempo para comenzar, todo lo contrario, máxime con la urgencia y obligación del cambio generacional en la Selección Azteca.

Un aspecto medular en el que creo, y siempre he creído, es la equívoca concepción de que un hombre en solitario vendrá a salvarnos. Por arte de magia, un ente en lo individual podrá ser el más capacitado, un farsante, un mago, un genio, una quimera, o lo que sea, no va resolver las profundas miserias de nuestro futbol, no va a cercenar de raíz nuestros arraigados y podridos quistes.

No demerito el puesto de entrenador del representativo nacional, es más, estoy cierto que contigo, Juan Carlos Osorio, le dieron mayor prestigio y elegancia al mismo, no es un escaño menor, pero de eso a pretender elevarlo a la posición de iluminado existe una brutal diferencia.

Tú, Gerardo Martino, luces como el ganador de la contienda, y como es natural y necesario, existen opiniones en favor y en contra, todas me parecen válidas; las que no comparto en lo absoluto son las impregnadas de barato nacionalismo, los argumentos patrioteros me producen urticaria, más aún esas que de manera exacerbada mencionan que el elegido debe ser alguien que conozca al futbolista mexicano.

En una época tan globalizada, tan plural, tan incluyente, donde las fronteras se han borrado, aseverar lo anterior es como regresar a las cavernas, máxime cuando una de las cosas que se deben desterrar son las malas costumbres del futbolista nacional que le han impedido despegar.

No puedo obviar que resulta sumamente extraño que a ti, Matías Almeyda, no te hayan dado la estafeta, algo habrá pasado que tu nombre ni siquiera ha sido barajado en las altas cúpulas, con tu salida de Chivas algo se rompió y los mundanos no sabemos qué, pero sin duda resonó y jugó en tu contra, prácticas obscuras de dirigentes que se ponen de acuerdo en boicotear a quien se les rebela, nada nuevo en nuestro lindo deporte.

Regresando a ti, Gerardo, en lo particular me parece fascinante que seas tú el próximo director técnico de México, es cosa de revisar con tiento tu amplio y exitoso currículum vitae. Tu paso por Paraguay en clubes y selección mayor fue monumental, ganaste mucho, por no decir todo, con Libertad y Cerro Porteño fuiste campeón varias ocasiones. Con la selección de Paraguay conseguiste el hito de acceder a Cuartos de Final por primera vez en la historia, y el partido más roñoso y rocoso que jugó España, al final campeona del mundo en Sudáfrica, fue ante tus paraguayos que cayeron uno por cero en un duelo de antología, sin olvidar el subcampeonato en la Copa América de 2011, la cual perdiste contras tus paisanos.

Recalaste en la selección argentina, la absurda prisa por el éxito en tan maravillosa nación futbolera ha terminado lastimando a todos por allá. La confusión de que si no ganas, no sirves, ha nublado las mentes y piernas más brillantes de Argentina, pero si vamos a los fríos, pero esclarecedores números, tu andar fue excelso, dos subcampeonatos en sendas Copas América, y cuando no cumplieron con tus demandas de poder juntar el plantel que tú requerías para los Juegos Olímpicos de Brasil, renunciaste.

También has tenido tus trances negros en la chamba, en Barcelona después de obtener la Supercopa de España y haber tenido un relumbrante inicio, se fueron diluyendo hasta caer en la Champions y en la Liga, así como cuando estuviste en Colón tampoco las cosas te caminaron tan bien. Los claroscuros en cualquier oficio o profesión son necesarios para el crecimiento y aprendizaje, tú los has tenido, en el entendido que tus claros han sido mucho mayores, más frecuentes y más trascendentes que tus oscuros.

Tuve la posibilidad de observarte a nivel cancha, hace un par de semanas, dirigir a tu actual equipo en la MLS, el poderoso Atlanta United Football Club, fue en Denver ante el Colorado Rapids, cabe mencionar que Atlanta es una franquicia con apenas dos años de existencia y tienen un promedio de 70 mil aficionados por partido en su cancha, una cosa de locos, son líderes y tienen un trabuco.

Regresando al partido que me tocó verte, los tuyos fueron inmensamente superiores a los de Colorado, el partido lo iban ganando con holgura y sencillez, tres a cero era el marcador en los primeros 30 minutos del juego y aun así no paraste un instante de ordenar, gritar, apretar a los tuyos, al rival y al árbitro; me sorprendió tu tozudez e intensidad como director de orquesta.

Eres un magnífico entrenador, eres un hombre bravo, eres un tipo con ideas claras, eres un ser frontal, cuentas con probada experiencia en tu nación y fuera de la misma, eres un director técnico élite, y si acabas siendo el elegido no tengo la menor duda: serás de gran utilidad para la Selección Nacional de nuestro país y para los incipientes chamacos mexicanos que empiezan a asomarse en el horizonte.

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