Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Isaac Brizuela y Alexis Vega, plantados

2019-02-19 | Luis García
LUIS GARCíA
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Jugar en Chivas es una delicia y una incomodidad; una delicia porque es el club más querido del país, si no es la primera opción como equipo, en la mayoría de los aficionados es la segunda, y una incomodidad porque la exigencia es ganar, se exige levantar trofeos sin importar las circunstancias.

Pues bien, tanto tú, Isaac, como tú, Alexis, empiezan a entender esta dualidad, a aceptarla, y a destacar de manera notable; el sábado en su estadio ambos fueron los caciques que encabezaron la cruzada y la arrastrada que le propiciaron al Atlas.

Fueron un vendaval, apoyados en una magnífica estrategia de presión alta que el oponente nunca descifró, si bien toda la cofradía funcionó como una armónica orquesta, me quedo con ustedes dos como los máximos exponentes del concierto; a muy escasos centímetros te pondría a ti, Jesús Molina, quien recuperaste cientos de pelotas y eres piedra angular del club, pero en este texto me volcaré en el '11' y en el '7'.

Tú, Isaac, eres el mejor ofensor de la actualidad del Guadalajara, has tenido un torneo impoluto, la banda derecha es una parcela que ya hiciste tuya y cuando te ponen a perfil cambiado tampoco te inmutas y lastimas igual, pero por tu perfil natural eres implacable.

Es cierto que tu defensor atlista fue una tristeza, al chamaco Zurita, quien es más un contención que lateral, lo hiciste pedazos, no habían transcurrido ni 20 minutos cuando la batalla ya la habías ganado.

Estás en un momento de forma físico excepcional, tus arrancones son de F1, eres un velocista que has mezclado la velocidad y el tiempo de forma dulce y puntual. Nunca vas a la misma velocidad ni por el mismo corredor, lo mismo juegas con la raya por debajo de tus tachones, como por el interior de la cancha; el segundo gol de tu cuate Vega fue un ejemplo de lo anterior, de afuera hacia dentro y poniendo un pase filtrado de mariscal de campo.

Eres sumamente generoso con tus compadres, las veces que ayudas a Van Rankin en la recuperación de la pelota son incontables, luces fuerte como roble y lúcido como sabio, y eres de los que no necesita ser bravucón para competir; eres incluso hasta bonachón, desterrando ese concepto que se debe jugar con el cuchillo entre los dientes y con cara de maloso, tú haces todo lo contrario y eso se agradece.

Tienes el reto de seguir jugando al mismo excelso nivel, de por fin darle a tu carrera ese permanente salto de calidad para hacerte del lugar que mereces y por el cual has trabajado en distintas trincheras y durante mucho tiempo.

Tanto en las Chivas, aquí ya lo eres, como en Selección Nacional, aquí te falta, estás llamado a ser un referente, un explosivo futbolista que provea de soluciones ofensivas a sus compinches. Has madurado, has aprendido, has mejorado una barbaridad, y lo has hecho de forma silenciosa e inteligente, celebro tu brutal evolución y estoy cierto que tu mejor versión todavía esta por llegar.

Por otro lado, tú, Alexis Vega, reventaste las predicciones, ya se empezaban a esparcir torcidos rumores sobre tu validez como contratación; pues vaya día que elegiste para hacerte válido, mandaste al carajo cualquier duda sobre tu importancia. Una de las cosas que me seduce de ti es que le das prioridad a jugar bien, durante varios duelos del campeonato te mandaste sensacionales actuaciones, pero como no vinieron acompañadas de goles, algunos pretendieron restarte méritos.

Eres un futbolista fascinante, piensas todo el tiempo, juegas muchas ocasiones de primera intención, habilidad poco común en el futbol; antes de que recibas la pelota ya sabes qué vas a hacer, por ende, la mayoría de las veces estás un tiempo por delante de tus oponentes. Eres un jugador sumamente técnico, el balón se siente muy en paz cuando está en tu regazo, siendo lo medular lo anterior; también eres generoso en el esfuerzo, no te importa recorrer grandes franjas de campo cuando los tuyos no poseen la pelota para ayudar a la recuperación de la misma.

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Aunque me empataste metiendo tres pirulos en un Clásico Tapatío, conmemoro tu conquista, premio a tu insistencia, nunca dudaste ni cambiaste tu filosofía, fuiste necio con los mismos argumentos, sabedor que eran los correctos, y vaya que lo eran.

Ya tuviste tus primeros escarceos en la Selección Nacional, ejerces un puesto sumamente demandante en el representativo mexicano; por cuestiones obvias los análisis son más severos, los números cuentan, máxime si eres centro delantero, pero si tú no te alejas un ápice de tu maravillosa manera de entender y expresar el juego, las anotaciones en la cofradía nacional vendrán en cascadas.

Prácticamente de la nada apareciste para apretar la competencia como '9' de la Selección azteca, donde Javier Hernández y Raúl Jiménez tienen cierta ventaja, no mucha me parece, pero si se descuidan no tengo duda los vas a rebasar por la izquierda.

Jugar en Europa por supuesto que otorga mayores beneficios deportivos y aprendizajes que hacerlo localmente, pero tú baza descansa en que juegas en las Chivas, y como mencioné al principio de este texto, si bien es una delicia, también es incomodo, las exigencias son altas y permanentes, por ello creo que estás preparado para el siguiente salto: competir de verdad por un puesto en la Selección Nacional.

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