Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Hugo y Saúl

2018-10-19 | Luis García
LUIS GARCíA
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Estos dos nombres propios son diametralmente opuestos en todos los sentidos, incluso en la disciplina deportiva que realizan, sacudieron mi atención los días pasados, no existe comparación alguna, no pretendo resaltar a uno en demérito del otro, sencillamente se cruzaron en mi visión periférica esta semana.

Comienzo contigo, Hugo González, el martes fuiste titular con la Selección Nacional ante un bravío equipo chileno, que seas fijo en el 11 del representativo mexicano no es un tema común, al revés, tus apariciones bajo esos tres postes son contadas. Me gustaron varios de tus compañeros de juego ese día, tú regreso, Néstor Araujo, fue sublime, dejaste en claro que tu estadía en el Celta de Vigo no es casualidad, y que estás listo para ser el heredero de la última zona, por encima de cualquier otro defensor nacional.

Tú, Erick Gutiérrez, metiste una tercia de pases filtrados de otra galaxia, eres el mejor pasador mexicano por mucho, pero aparte de esta fascinante virtud, también exhibiste estirpe, raza; competiste las pelotas divididas con ferocidad, aspecto que tampoco te caracteriza tanto. 

Por último tú, Hirving Lozano, tu vínculo con la gente ya es inquebrantable, estás en el escaño de ídolo, en Querétaro cada vez que tocabas la pelota la gente enloquecía, y eso que no jugaste ni cerca de uno de tus mejores partidos, es verdad, necesitas algún, o algunos socios para repartir responsabilidades, pero no fuiste tan rutilante como en otras ocasiones.

Pero por encima de la tercia arriba mencionada estuviste tú, Hugo González, fuiste por mucho el más notable de los mexicanos en la cancha, tuviste un par de  atajadas de esas que sólo se entienden si uno está jugando o mirando un videojuego, fuiste un real salvador de los tuyos, tuviste a México en la contienda en momentos cruciales, cuando la marejada roja empujó con su característica vehemencia te erguiste en titán para mitigar la furia chilena, que nunca fue poca.

Jugaste sin rubor alguno, y eso me pareció delicioso, siempre he creído que una sola actuación, o un solo partido por más colosal o desastroso que pueda ser, no define carreras, las mismas se van gestando gradualmente con el paso de los entrenamientos, los partidos, los meses y los años, pero tampoco podemos obviar que existen exhibiciones que te ponen en la palestra y empujan para arriba o para abajo.

La tuya ante la Selección de Chile lo hizo para arriba sin el menor atisbo de duda, subsistir como portero en esta época de ustedes, los Ochoa, Talavera y Corona, por mencionar al tridente que ha copado la portería en los últimos años, es sumamente espinoso, me recuerda tu gloriosa época, Jorge Campos; para mí el mejor portero de la historia de nuestra nación, cuando intentar tirarte del trono resultaba una labor impensable, es por ello que partidos como el que regalaste, Hugo González, deben ser bien valorados.

En variadas ocasiones la pelota es cruel, contigo lo fue en Querétaro, después de un monumental partido, saliste lesionado luego de haber mostrado valentía y arrojo sin igual al ir a chocar con el ferrocarril que resultas tú, Nicolás Castillo, en el gol andino. Saliste lesionado y con dudas para seguir ejerciendo tu chamba en la Liga local, dudas que se han disipado sin graves consecuencias.

Te felicito por haber gritado con todas tus fuerzas el martes por la noche que eres un portero válido, que sabes aprovechar los diminutos resquicios que se te ofrecen en el máximo escenario, y que sigues construyendo un nombre y una carrera en el futbol mexicano, el cual no te ha resultado en ningún instante sencillo ni te han regalado un carajo.

El otro célebre personaje que se atravesó en mi camino en los pasados días fuiste tú, Saúl Álvarez, te convertiste en el deportista mejor pagado de la historia, como siempre aclaro, esta vez no haré la excepción, subrayó con enjundia mi nulidad en el conocimiento del boxeo, no así en lo que se refiere a atletas de alto rendimiento.

Clarificado lo anterior sólo atino a señalar que lo logrado por ti no lo hace un improvisado, no es cuestión de suerte, no es el destino, estamos en presencia de un descomunal atleta en todos los aspectos analizables. Siguiendo a la distancia tu andar, y escuchando a los expertos de Box Azteca, mereces cada dólar que acabas de firmar, cuando un deportista gana esa cantidad de dinero que no se tenga duda, alguien más está ganando mucha plata también, es por ello que celebro que sea el protagonista quien también reciba lo que genera para otros entes.

Tú, Saúl, eres el verdadero protagonista del show, tú detonas el medular interés en tu deporte, tú haces que la gente compre un boleto por verte pelear, tú haces que al aficionado que no puede verte en vivo, consiga el pago por evento y te observe en su televisor, tu haces que los patrocinadores maten por vincularse contigo y con tu marca, tu eres el guapo de la película, el héroe de la historia, y reitero, mereces ser el que gane más que nadie.

Qué chingón por ti, porque cada minuto trabajado, cada gota de sudor emanada, cada madrazo recibido, cada round boxeado, cada angustia vivida, cada segundo dedicado a tu profesión tuvo recompensa, eres un fabuloso ejemplo de seriedad, perseverancia, calidad, profesionalismo, victoria y sueños cumplidos. Felicidades, y gracias por señalarnos el camino del éxito.

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