Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Hugo Ayala, garante

2020-03-31 | Luis García
LUIS GARCíA
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No sé si es por el encierro que me he vuelto más blando y me está gustando escribir sobre héroes sin capa como tú. Desde mi ínfima trinchera considero que no has sido lo suficientemente valorado por el medio de la pelota.

Eres uno de los mejores defensores nacionales centrales de la época contemporánea, aunque también entiendo que haber vivido en la era de Rafael Márquez palidece cualquier exposición. Vas por tu temporada 14 y prácticamente en todas has sido titular, has ganado todo con los grandiosos Tigres, obtener cinco títulos de Liga MX y algunos más de menores competiciones no es un tema menor, máxime que en todos los éxitos fuiste piedra angular de los mismos. Sin tu presencia estoy cierto de que las vitrinas del los salerosos Tigres no estarían tan repletas como en la actualidad lucen.

Tu estilo de juego me recuerda al gran Claudio Suárez; entiendo que las comparaciones joden la vida, y prácticamente en su totalidad son torpes, pero jugué mucho tiempo al lado del bien amado 'Emperador'. Un adelantado, un genio, es más, el domingo vi de nuevo el partido que jugamos en el Mundial de EU 1994 ante Italia, y Claudio, junto con el 'Capi' Ramírez Perales, dieron cátedra de cómo se achica la cancha ante unos monstruos como los italianos.

Comprendo perfectamente que la fantástica influencia de Ricardo Ferretti te ayudó para convertirte en un jugador extraordinario, vaya paradoja, Claudio tuvo la misma influencia del brasileño bigotón, jugaron juntos y después lo dirigió múltiples años en Pumas, Chivas y en la Selección Nacional como auxiliar. Perdón Hugo, mi columna es dirigida a ti, no a tu antecesor. 

Soy un enamorado de cómo comprendes y le das pulcra lectura al juego. Mientras los delanteros que te enfrentan buscan espacios u opciones para vencerte, tú estás siempre una jugada por delante de ellos, es como si tuvieras la habilidad de aparecer en varios sitios a la vez, obvio que no tienes el don de la obicuidad, aunque parecería, sencillamente eres de esos raros casos de futbolistas mexicanos que entienden el juego.

Otra cualidad que posees es tu solvente técnica individual, es tan bueno tu vínculo con la pelota que podrías jugar en cualquier zona del campo. El balón es tu amigo, la redonda nunca sufre en tu regazo, al revés, goza tu trato, y si bien tu perfil derecho te define, tu zurda tampoco desmerece. Hace algunos años estuve en tu estadio, fui a saludar a varios amigos exPumas, y uno de ellos, propiamente Memo Orta, tu preparador físico de hace varios ayeres, me dijo que si bien el club estaba infestado por foráneos con enormes facultades, el éxito del proyecto estaba bien fincado en un grupo de mexicanos, y al primero que nombró fue a ti. 

Me dijo que tú eras insustituible, lo sigues siendo, tanto que te trajeron a Carlos Salcedo y a Diego Reyes como factibles recambios, pero tú en un mal día eres mejor que ambos, por mucho.

Y regresando a esta injusticia del reconocimiento; entendiendo que la justicia es ambigua, en Selección Nacional no has logrado el apapacho que mereces. Estuviste en certámenes como la Copa América de 2015, cuando equívocamente se llevó un guango representativo a Chile, y también anduviste en la Copa de Oro en 2017. Y por fin se te otorgó el mérito que durante años peleaste, fuiste titular ante Alemania en el Mundial de Rusia 2018, diste un muy buen juego, y debido a las cuestionables pero continuas rotaciones de Juan Carlos Osorio, de manera incomprensible no jugaste los dos siguientes duelos, siendo ante Suecia una de las más tristes exhibiciones defensivas de la historia; prescindieron de ti y así les fue. Contra Brasil en Octavos de Final fuiste requerido de nuevo, pero el poderío brasileño los aplastó, incluidas tus buenas maneras.

Seguramente seguiremos viendo algunos años más tu plasticidad, eficacia y grandeza. Que así sea, ya que es una canija maravilla y una delicia observarte jugar este lindo deporte. Insisto, y me importa un bledo ser necio y pesado: aunque no tengas los reflectores de los que eres digno y ameritas, eres uno de los mejores defensores centrales mexicanos de la historia de nuestra nación, tal cual.

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