Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Fusión

2019-05-14 | Luis García
LUIS GARCíA
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Debido a los múltiples acontecimientos de la pelota, este fin de semana se me complicó priorizar, por lo que haré varias referencias en reconocimiento a ciertos personajes que me sedujeron, y que lo vienen haciendo tiempo atrás.

El primero eres tú Pep Guardiola, otro título más en tu carrera, resulta fascinantemente increíble la facilidad que tienes para vincularte con el éxito, pero todo es aún mejor porque atiendes con delicadeza y severidad el cómo ganas.

La belleza es abstracta, por ende, imposible que nos pongamos de acuerdo sobre ella. Existen variados caminos u opciones para intentar prevalecer, todos válidos; el tuyo es mediante jugar la pelota. No concibes otra manera de manifestar tus ideas y tus sentimientos respecto al futbol. Da la impresión que guardas en tus entrañas esta parte del futbol callejero, el cual mediante el balón es como se puede y se debe ser feliz, has llevado la añeja cáscara de la calle en la que las porterías eran un par de tabiques a monumentales estratos. Eres un necio y brutal defensor del jugar, del divertimento, de lo lúdico por encima de cualquier tópico. Bendito que seas tú quien ostenta tan cuestionada bandera.

Otro fabuloso ente que nos sacudió fuiste tú Diego Godín, tú entiendes este deporte desde otro sitio, pero insisto, es Fusión igual de válido. Lo tuyo descansa en la raza, eres un tipo de enorme estirpe, de inquebrantable gallardía, un durísimo terrateniente con la voluntad de mover masas en una misma dirección. El amor se gana, no se regala, y tú te ganaste la devoción del pueblo del Atlético de Madrid, el cual se identifica con hombres a carta cabal como lo eres tú. Fuiste el perfecto embajador del sentimiento colchonero, del sudor y el esfuerzo que desafían titanes sin el menor empacho, del trabajador comprometido con una causa a pesar de naturales deficiencias. Uno pensaría que tuviste que haberte retirado en tan linda y pintoresca organización, habría sido la historia perfecta, pero en ocasiones la pelota es tan caprichosa que cuesta entenderla.

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De Europa me regreso a México, específicamente a Nuevo León, y caigo en tu delicioso transitar por las canchas Rafael Carioca. Eres un fascinante futbolista que das cátedras desde la medular del campo, pero lo que hiciste el sábado ante Pachuca fue estúpidamente hermoso. La cantidad de balones que robaste fue absurda, pero no sólo interrumpes los avances rivales, les quitas el balón y desde ahí comandas e inician las avanzadas de los tuyos. Y qué decir cuando la pelota descansa en tus botines, no tiene desperdicio alguno, eres un salvoconducto, no importa si existe mucho tráfico o no, tu gente te busca con ansiedad sabedor que le darás a la jugada el mejor sentido posible. Eres una magnifica garantía, eres una extraña fusión de piedra angular que provee equilibrio, y a la vez de mariscal de campo que provee soluciones para montar sonoros ataques. Por cuestiones de resonancia se habla más de otros de tus compañeros, que también son excelsos, tú no pugnas por los reflectores ni las portadas, ahora, el pasado partido en San Nicolás de los Garza, el mejor por una importante franja fuiste tú.

Mi última parada será en el Estadio Azteca, el Cruz Azul volvió ser descarrilado, esto no es noticia, sufrió una sensible mejora en el partido de Vuelta también es verdad, pero perdió, y perdió por su indolencia en el partido de Ida, por su escaso arrojo, por su limitada inventiva. Penosamente su valerosa revuelta el domingo no tuvo eco, así que acudir al hecho que hicieron un muy buen partido complementario; de eso no existe duda, resulta un triste argumento en el cual refugiarse. Fueron el típico perdedor que quema sus naves cuando ya no tiene nada que perder, cuando debió asumir el compromiso de haber llegado mejor en la temporada que su acérrimo rival se cohibió, se asustó, y los de amarillo que viven del miedo ajeno prácticamente los aniquilaron en la Ida. No soy fanático ni seguidor de Cruz Azul, pero da rabia obsérvalos incapaces de hacerse responsables en los momentos cumbres, de ser timoratos intentos de revolucionarios que se quedan siempre en la orilla lamentándose, una y otra vez, que cosa carajo.

En fin, bueno hasta acá mi miscelánea del saleroso fin de semana que vivió la pelota de futbol en el mundo y en nuestros amado país.

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