Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Enfermedad crónica

2018-11-23 | LUIS GARCÍA
LUIS GARCÍA
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Después del par de novelas de horror vividas en Argentina en donde la Selección Nacional arrastró el prestigio, lograron cuajar sin el menor atisbo de duda la peor cruda post Copa del Mundo, y miren que han existido pasajes dantescos después de varios Mundiales, pero el actual trance es el más obscuro del que se tenga memoria en la época contemporánea.

Y todos los esencial, mediana, o ligeramente involucrados somos responsables de esta bazofia. Vamos por partes, resulta inconcebible lo tibio de los dirigentes de la Selección Azteca para imponer simple orden, han sido incapaces de establecer reglas primarias de convivencia y conducta para evitar la anarquía en las entrañas del vestidor verde.

Los futbolistas, observando tal displicencia directriz, han aprovechado para seguir haciendo lo que se les viene en gana, nada nuevo bajo el sol, al darse cuenta de la inexistencia de un contrapeso han fortalecido su insulsa rebeldía. Ahora resulta que algunos se sorprendieron que los regresaran a sus clubes de origen después del primer partido en Córdoba, puntualmente los -europeos-, sin avisarles, nada más faltaba que ahora vayan de víctimas acusando a otros de una común y lastimosa práctica que han utilizado a su antojo un sinfín de ocasiones.

Y qué decir de aquellos futbolistas que han declinado incorporarse porque dicen que no existe un rumbo definido en la nave, cuando ellos mismos han sido cardinales de la deriva en la cual se encuentra hoy el representativo mexicano. Por otro lado tenemos clubes mexicanos que condicionan la estadía de sus jugadores en la Selección, específicamente Cruz Azul, entidad que históricamente nunca se ha caracterizado por ser un sano y frecuente proveedor de las Selecciones, y me refiero a cualquier categoría.

Pues decidieron mandar un mensaje que sus futbolistas irían si sólo jugaban medio tiempo, estamos todos locos, no sé que fue más deleznable, si la imposición azul o la aceptación de los mandamases del representativo nacional de tan disparatada propuesta.

Ahora me van a decir que tanto tú Roberto Alvarado, como tú Julio César Domínguez son figuras relevantes en la Selección Azteca, ninguno lo es, tú Roberto hasta el momento has sido una tierna anécdota en los partidos de los que has sido partícipe, y tú Julio César llegaste tarde al máximo escenario, acabas de cumplir 31 años, difícilmente llegarás a Qatar.

Y no me he cansado de aplaudirlos, Ricardo Peláez y Pedro Caixinha por su excelsa labor en sus respectivas organizaciones, pero con esta movida se equivocaron, y se equivocaron de forma grosera, inaudito que pretendan imponer condiciones. Nadie entiende nada, cada uno pretende cuidar sus intereses desde su mezquina trinchera, su visión no rebasa la punta de su nariz, no han entendido que son medulares en el progreso del futbol mexicano, que la entidad más importante es la Selección Nacional, si a ella le va bien, a todos les va bien. Tristemente, la Selección Nacional se ha convertido en un sitio vulgar, un sitio prosaico, un cabaret, en donde cualquiera puede mangonear a su antojo, es cuestión de tener un poco de influencia para hacer lo que se les antoje, cuando se les antoje.

En estos momentos no se percibe en ninguno de los estratos de la estructura nacional una voz referente, un personaje que ejerza de salubre guía, un ente sensato que tome decisiones sin temor a nadie ni a nada. Existe un asqueroso vacío de jurisdicción, el cual se diluye en algunos cabecillas que están embelesados con dicho poder, pero que son inhábiles para utilizarlo en beneficio del colectivo, en beneficio de las masas, en beneficio del debe ser. Y dado su limitado raciocinio y desconexión con el mundo real creen que lo piensan y hacen es la única opción, lo dicho, estamos todos locos.

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