Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Diego Valdés, un jugador misericorde

2019-10-29 | Luis García
LUIS GARCíA
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Tuve la posibilidad de observarte jugar de nuevo en vivo en el duelo de tu Santos, líder de la competencia, contra tu anterior club, Monarcas Morelia, y volviste a inundarnos los sentidos con múltiples malabares preciosistas.

Eres un futbolista que juega a un ritmo distinto que los demás, sean propios o extraños con quienes te relaciones, cuando el conglomerado va rápido, tú vas lerdo; cuando la cofradía va lenta, tú aceleras luciendo incólume. Mientras más caliente resulte el entorno o el escenario, tú actúas a la inversa, eres sumamente frío, calculador, incluso esta virtud de manejar menores latidos por minuto que la media te ha funcionado en contra, ya que en ocasiones se te tilda de cauto en exceso a la hora de conducirte en la cancha. Incluso, esta manera de expresar el juego te hace ver como si fueras un veterano echando la cáscara en algún club social cuando apenas tienes 25 años, eres prácticamente un crío.

Llegaste a México hace varios años, tu primer y segundo semestre en Monarcas fueron sublimes, el medio celebró tu arribo, los pensantes y artistas tienen prácticamente una inmediata aceptación por su rareza, y tú fuiste abrazado por la comunidad michoacana y por toda la mexicana del futbol, más allá de filiaciones, la mayoría reconocimos en ti a un prócer de la pelota.

El futbolista de nacionalidad chilena en su mayoría termina triunfando en nuestra nación, y tú cuando llegaste cumpliste con dicha norma, unificaste las opiniones, estábamos en presencia de un excelso jugador, técnico, inteligente y audaz.

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Penosamente tu andar en el futbol nacional se empezó a hacer cansino, tus grandes maneras se fueron diluyendo, y tuviste pasajes sombríos, largos momentos de oscuridad que te condenaron incluso al banquillo. Y apareció en tu sendero Santos, una entidad que suele ser sumamente fina para la elección de talento te rescató, estoy cierto que un futbolista que es considerado notable no se vuelve ordinario porque sí, no se le olvida jugar, no se convierte en malo por arte de magia. Así que la misión de recuperarte se puso en marcha, y lo primero era mudarte de locación, por lo que La Comarca resultó, como suele pasarle a un sinfín de deportistas que han vivido en tan hermosa región, un verdadero paraíso para comenzar tu sanación futbolística y humana. Y la fusión entre la poderosa estructura organizacional de Santos y tu probada calidad lograron recomponer tu salud y tu vínculo con la pelota.

Regresando a tu fantástica exhibición el viernes pasado en el Estadio Morelos, le metiste gol a tu exequipo y decidiste no celebrarlo, incluso le pediste perdón a la afición michoacana uniendo tus manos. Durante la transmisión lo dije y aquí lo reitero, yo no creo que el respeto a una institución en la que estuviste en el ayer, se manifieste no celebrando las anotaciones, para mí los goles se celebran siempre, una cosa es burlarte, y otra muy distinta un sano festejo por conseguir lo más importante de este juego, el gol. Estoy más que convencido que la manera de expresar profundo respeto a una entidad del pasado es siendo tu mejor versión, jugar a tope contra cualquier equipo del ayer es la mejor forma de señalarles que los respetas y que les agradeces haber sido parte de ellos en algún momento de la vida. Ahora, si realmente te apena hacerles daño, pues no juegues contra ellos y listo, tema resuelto, pero como bien versa por ahí: 'cada quien sus cubas'.

Lo medular del tema es que estás de regreso, y como mencioné en cierta parte de la columna, apenas tienes 25 pirulos, así que estamos por vivir, observar y disfrutar lo mejor de ti, tu madurez como deportista de alto rendimiento empezará a darse pronto en beneficio de tu actual organización, de la selección chilena, y de todos quienes gozamos cada vez que un balón descansa en tus pies.

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