Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Corona y Pineda, cónsules

2022-01-25 | LUIS GARCÍA
LUIS GARCÍA
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Estas dos joyas del futbol mexicano comenzaron una nueva odisea, una nueva travesía para seguir confirmando su potestad, y consolidando su carrera, ambos poseen lindas cualidades, algunas escasas similitudes, y una calidad que no es común dentro de nuestro medio.

Inicio contigo Jesús Corona, llegas al Sevilla, amparado por tu entrenador Julen Lopetegui, un hombre exitoso, más allá de la calamidad previa al Mundial de Rusia 2018, cuando fue separado de la selección española a nada de iniciar la justa, y después la fatalidad de ser también apartado del banquillo del Real Madrid, recompuso el camino y ahora brilla en el Sevilla.

Nunca será lo mismo arribar a un equipo en donde el entrenador te pida porque ya te conoce, ya sabe qué esperar, ya sabe en dónde te va a colocar, a que te pida sin conocerte, y no digo nada de los que no son ni siquiera pedidos por el director técnico, si no por la dirigencia. Julen te conoce de memoria, y eso es una maravilla, desde el primer momento decidió aventarte al ruedo, te hizo partícipe inmediatamente sin importarle que su equipo camina erguido, es el segundo de la tabla en España, ha perdido sólo dos combates, y luce como un serio y real perseguidor de la Casa Blanca que es el Real Madrid.

Tú Jesús, tienes duende, y qué mejor que radicar en una ciudad que tiene magia para expresar tu máxima habilidad, los sevillanos aprecian el arte, la creatividad, la locura, la inventiva, todos esos elementos los tienes, y los sabes usar como pocos, una pequeña muestra fue el caño que tiraste ante el Celta de Vigo. No te cohíbes nunca, no tienes rubor, eres un futbolista maduro, es cierto que de pronto te atascas en lagunas en donde desapareces del juego, pero exigirle a los artistas que pinten, esculpan o generen una obra de arte cada minuto resulta rudo y equívoco. Vas a triunfar, sin duda, porque llegas a un club estable, sólido, ganador, que no está en construcción, está en expansión, y es por ello que te mandaron llamar.

Por tu lado, Orbelín Pineda, tu escenario luce más sombrío, nada para alarmarse, pero tu trayecto cuenta con más piedras que el de tu compatriota. De entrada, llegaste en invierno, en una cerrada ventana que no te permitió tener pretemporada con los tuyos, esa concentración en donde más allá de ponerse a punto en el tema físico y estratégico, la convivencia con tus compañeros resulta esencial, máxime si eres foráneo. Dadas algunas declaraciones de tu entrenador Eduardo Coudet, te está conociendo, no tenía tanta idea de tus maneras, eso no significa nada, no es lo idóneo, pero son los naturales obstáculos que conlleva migrar a un paraíso de mayor exigencia. Tu forma de entender el juego nos ha dejado claro que sabes adaptarte, te han puesto en múltiples zonas del campo, y en la mayoría terminas dominando, esa ductilidad para acomodarte en varios lugares potencia tus oportunidades de juego.

Tu club logró salir del infierno a inicio de la temporada, están en media tabla y a la distancia se les percibe firmes, sin padecimientos. El que esté ahí Néstor Araujo es una gran baza que funcionará en tu favor, un tipo que ha gestado su éxito desde la ecuanimidad, sumamente cumplidor quien lleva largos años siendo cacique en Vigo. En algo de lo anterior se parecen, son dos hombres que descansan sus conquistas en la sobriedad, son poco ruidosos, no gustan de andar vociferando banalmente.

También estoy cierto triunfarás, te llevará cierto tiempo, pero terminarás siendo medular, el simple hecho que hayas manifestado la valentía necesaria para emigrar sabedor que terminabas contrato y que no te hayas sujeto a las cadenas que de pronto existen en el futbol nacional significa que eres de verdad.

Jesús y Orbelín, felicidades por atreverse a moverse del cómodo sitio en donde estaban, de atentar contra su zona de confort, uno entiende por qué juegan como juegan en la cancha, ya que afuera, en los despachos, son igual de osados.

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