Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Cancerbero

2018-05-18 | Luis García
LUIS GARCíA
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Estoy cierto que el puesto más espinoso del futbol es el de portero, desde las cascaritas en el barrio con los cuates se manifiesta de esa forma, el último en ser elegido era el portero, y normalmente era despreciado por sus inhabilidades con los pies.

Hoy que me toca acompañar a mi hijo Mariano, el gran ‘Bicho Pérez’, a sus partidos de la escuela, observo a la mamá del portero sufrir más que cualquiera de los otros padres que estamos en la grada, debo decir que mi enano aunque lo ponen a jugar de medio de contención; tira más patadas que Gerardo Torrado en sus mejores épocas.

En ocasiones gusta de ponerse de arquero y la angustia que nos genera se palpa de inmediato.

También hay que señalarlo, el puesto de arquero es sumamente seductor, son los diferentes del equipo, los que se visten de disímiles colores y texturas, los que usan guantes, los únicos que pueden utilizar las manos, en resumen son más notorios que los demás de la manada.

Tuve la enorme fortuna de convivir con sensacionales guardametas a lo largo de mi vida, de varias nacionalidades, y en su mayoría siempre encontraban la manera de hacerte saber que por encima de la dificultad de su rol, se sentían sumamente honrados de ser porteros, siempre respeté el honor que les representaba salvaguardar su portería.

Tú, Rodolfo Cota, elegiste ese turbulento derrotero, hoy tienes 30 años y debes sentirte orgulloso, pleno y sumamente feliz de haber seleccionado tal sendero.

Pachuca, Puebla, Chivas, y ahora Léon tu andar, tu sobrio y exitoso andar, dentro de lo extremadamente ruidosa que resulta tu demarcación, tú eres un caso atípico, lo tuyo es la mesura, la calma, la serenidad.

No te conozco personalmente para aseverarlo, pero a la distancia me pareces un hombre de pocas palabras, pocas pero justas, las necesarias, las palabras son punzantes armas que deben utilizarse con precisión e inteligencia, y tú lo sueles hacer, hablas lo necesario y con juicio.

Tus inicios fueron discretos, sumamente discretos, tanto que tu llegada a las Chivas fue duramente cuestionada ¿Quién carajo es Rodolfo Cota? vociferaban los recalcitrantes aficionados rojiblancos ¿Qué méritos tiene para ser portero de uno de los equipos de mayor prosapia de nuestra nación? preguntaban otros tantos.

Arribar así a cualquier puesto de trabajo resulta bravo, no importa si es futbol o cualquier otra disciplina, ir perdiendo el partido sin que la pelota haya rodado no es lo idóneo ni lo más cómodo. Y así, en desventaja inició tu periplo con las Chivas, y si nos atenemos al resultado final, qué sencillo resulta encumbrarte, lo valioso de tu sonoro éxito fue el trayecto, ese camino que fuiste transitando día a día, entrenamiento a entrenamiento, duelo a duelo.

La manera silenciosa, pero contundente que fuiste desterrando dudas y afrentas que no tenían sentido ni fundamento, eso es lo que nos habla de tu grandeza. Máxime porque nunca, reitero, nunca, estallaste en cólera ni lanzaste flamables declaraciones reclamando venganza por haber sido tan severamente cuestionado.

Tu despedida del Guadalajara vía medios digitales confirma que no sólo perdieron a un portero de monumental estirpe y calidad, perdieron a un pilar en lo moral, a un hombre con educación, de esos que los jóvenes y los no imberbes voltean a ver cuando la cosa viene mal parida en búsqueda de soluciones.

El futbol es un negocio, podemos debatir sobre el equilibrio que debería existir entre las finanzas y la pelota, pero es eso no exime la obviedad que el dinero es esencial en los armados de los clubes.

Tú te vas de Chivas por cuestiones monetarias, sin el menor atisbo de duda estás en la élite de porteros de esta mayúscula organización, y mira que por las áreas chicas y grandes del Guadalajara han transitado colosos que han resguardado los tres palos.

Pero en otra fantástica y ejemplar muestra de tu entereza e inteligencia comprendiste que en la novela de tu partida no hay malos ni buenos; existieron circunstancias nada más, nada menos, que por más que tus deseos fueran contrarios debías migrar.

Y en León triunfarás, no sólo por tus probadas habilidades deportivas y humanas, si no porque eres un personaje que no se entretiene más de lo necesario volteando a ver el pasado; lo aprecias, lo reconoces, pero sabes que viene la siguiente jugada que hay que atender con todos los sentidos, y esa es la nueva odisea en un club de color verde.

Tal vez la única injusticia, entendiendo lo ambiguo de la palabra, es que no has tenido una estadía importante en la Selección Nacional.

Se dice que todo en la vida es cuestión de tiempos, y penosamente para ti hoy en el escenario existen varios porteros nacionales de mayúsculas proporciones con quienes compites, y que no estás lejos de ellos en lo absoluto, sencillamente llegaron primero que tú a la tierra prometida, pero que nadie te descarte para el siguiente ciclo mundialista.

Muchas felicidades por tu valentía al elegir el puesto del juego futbol más enredado, y sobre todo porque lograste triunfar con pulcritud y clase.

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