Luis Castillo
Jefe y coordinador de contenidos en la Octava Sports | Radio Centro, que pone al alcance información detallada del futbol mexicano.
Solidaridad
Yahel pudo cerrar su carrera deportiva de otra forma y no como ocurrió en el Centro Acuático de Tokio en lo que fueron sus terceros Juegos Olímpicos.
Falló, es cierto, seguramente se colgó con su compañero Juan Celaya la medalla de bronce, puede ser, eso sólo ellos lo saben, pero la imagen que debe enaltecer a un deportista con una dignidad a prueba de cualquier cosa, eso, evidentemente, le faltó al clavadista de 34 años que ganó preseas en Centroamericanos, Panamericanos y Series Mundiales, pero que se irá con esa asignatura pendiente.
Yahel falló en el trampolín, se equivocó, pero donde realmente falló es en algo que debe de ser una máxima para un deportista y no deportista, vamos, debe ser una manera de vida en nuestro día con día: SOLIDARIDAD. Castillo no la tuvo con Juan Celaya, su pareja de 20 años de edad que vive la experiencia de sus primeros JO.
Tras el resultado adverso, Yahel se esfumó, no volvió a aparecer para emitir declaraciones sobre el tema, abandonó a Celaya. Uno esperaría que alguien con el camino recorrido como Castillo hubiera asumido el liderazgo y enfrentar un momento tan complejo, pero no fue así, simplemente se esfumó.
Encambio,'Meme'Celayatuvola entereza para salir a zona de prensa y dialogar primero con los colegas que representan a las televisoras con derechos y después con los reporteros que estamos asignados para levantar declaraciones en la zona mixta.
Al final, Celaya siempre tuvo el apoyo de las medallistas Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez, quienes estuvieron en la tribuna del Centro Acuático y después en el autobús que los llevaría a la Villa Olímpica; tanto Orozco como Agúndez dieron muestras de empatía.
El regiomontano, a sus 22 años de edad, aún tiene ciclos olímpicos por delante, y como lo mencionó, el objetivo será París 2024.
Juan Celaya se va de Tokio sin medalla, pero con la dignidad intacta. Yahel sólo se va de los clavados.
"La derrota tiene una dignidad que la ruidosa victoria no merece" es una frase del argentino Jorge Luis Borges y que es, en cierto sentido, lo que pasó con Juan Celaya.
