Nada está escrito

'Any Given Sunday', título de un libro y una película de 1999 (muy recomendable) y que hace énfasis en que en domingo de futbol americano, cualquier cosa puede pasar, cualquier equipo le puede ganar a cualquiera.

Los Bills llegaban a Minnesota como un corderito perdido en la selva y rodeado de leones hambrientos, habían sido el hazmerreír en las primeras dos semanas de la temporada, cambiaron de QB en la Semana 1, pusieron a jugar a Josh Allen, novato de la universidad de Wyoming, para colmo sin LeSean McCoy, su mejor jugador, y enfrentaban a los Vikings y su feroz defensa.

Por primera vez en la historia, desde que se lleva estadísticas de líneas de apuesta, un equipo que era favorito por 14 puntos o más, termina perdiendo por más de 7 puntos, los Vikings fueron borrados en su campo por unos Bills irreconocibles, se fueron ganando 27-0 al descanso.

Los Vikings llegaron confiados, pensaron que con sólo presentarse en el campo y presionar al novato Allen se alzarían con la victoria, no quisiera saber el regaño que se ganaron de Mike Zimmer.

Los Delfines comandan el Este de la AFC con marca de 3-0, jugando bien, pocos pensamos que tendrían oportunidad de pensar en Postemporada, están jugando muy inteligente y atractivo.

Los Raiders empiezan a pagar los platos rotos de malas decisiones en la agencia libre, Jon Gruden tenía 11 años sin dirigir, creyó que por haber seguido la NFL desde un palco de transmisiones tendría la varita mágica.

Se terminó temprano la temporada para los 49ers, el reporte inicial es que Garoppolo se perderá el resto de la temporada, una terrible noticia, pero cada vez es más común en este rudo deporte.