Entre la vida y la muerte

Pittsburgh sabía de la importancia de ganarle a Patriotas en casa, lo sabía desde el principio de la temporada, los Pats serían la prueba de que esta campaña las cosas serían distintas.

La victoria se acrecentó al doble tras los resultados de los Cuervos, Potros y Titanes en los juegos de la primera ventana, una derrota para los Acereros significaba caer de ser el sembrado cuatro en la AFC al puesto ocho y, por ende, prácticamente olvidarse de Playoffs, por ello era ganar o morir.

Mike Tomlin, de nueva cuenta, tomó todas las decisiones equivocadas que se puedan tomar, afortunadamente para él y los Steelers, Nueva Inglaterra tampoco merecía ganar, jugó uno de los peores partidos que yo le haya visto en el pasado reciente.

Pittsburgh no llegará lejos con Tomlin, ni esta temporada ni las que sigan por delante, su tiempo en las laterales llegó a su fin, pero la gerencia no lo quiere ver ni lo verá mientras Pittsburgh siga llegando a Postemporada, lastimosamente con eso se conforman, cuando la exigencia de una franquicia de esa estirpe tiene que ser pelear año con año por estar en el Super Bowl.

Por su lado, y perdón por ser incisivo, los Patriotas ya no asustan a nadie, son un equipo terrenal que puede mantener los juegos cerrados, pero la época de ser el equipo temido de la Liga ha llegado a su fin.

Hoy, los Chargers, Texans y Chiefs son los equipos a vencer en la AFC, Acereros y Patriotas los ven para arriba y necesitarán mucho más de lo que mostraron ambos ayer para vencerlos en un eventual duelo de Playoffs.

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Calma, aficionados de los Cowboys, calma. El partido que tenían que ganar lo ganaron la semana pasada, Dallas será campeón de su división eventualmente, no hay que dramatizar por el hecho de haber sido blanqueados por primera vez en 15 años.