Opinión

Jose Luis Caballero Leal

Aquí encontrará un análisis crítico y actual sobre los principales acontecimientos políticos y sociales de México y el mundo desde la óptica de un ciudadano

Y soy rebelde, en ruso

2017-10-15 | José Luis Caballero Leal
JOSé LUIS CABALLERO LEAL
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Encabezados por el rebelde mayor y líder del Senado, Ernesto Cordero, 13 legisladores federales acompañados de 6 flamantes asesores, iniciaron el viernes un innecesario, inconveniente, costoso e inútil viaje a San Petesburgo, Rusia, para participar en una reunión más de la Unión Interparlamentaria que concluirá el miércoles 18. La justificación dada a tan voluminosa comitiva consiste en apoyar la candidatura de la senadora Gabriela Cuevas Barron a la presidencia de dicha Unión frente a la de Ivonne Passada, vicepresidenta del Senado uruguayo. Cualquiera que sea el resultado de esa gestión y del resto de la agenda parlamentaria, nada absolutamente útil o tangible representará para los mexicanos este inoportuno e insensible viaje a una asamblea de la Unión Parlamentaria a la cual, nuestro más importante socio comercial, los Estados Unidos de América, no pertenece.

Con un costo promedio que ronda entre los 5 a los 7 mil dólares por pasaje aéreo, habitaciones en el Four Seasson del rango diario de 500 dólares y viáticos de 450 euros por persona, por día, el viaje de cada uno de los legisladores rondará los $15,000 dólares, por lo que los mexicanos erogaremos poco más de 5 millones de pesos en turismo legislativo. A pesar de que ante la presión social un par de senadores declararon que asumirían a título personal los costos de este fastuoso viaje, apuesto mi resto a que ese dinero regresará a su patrimonio vía cualquier justificación ante el órgano correspondiente del Senado de la República. Un viaje que, en época de emergencia y crisis, ofende a los mexicanos.

El millonario priísta César Camacho, el de los relojes de quinientos mil pa’rriba, pidió a la Cámara de Diputados crear una comisión para investigar el patrimonio inmobiliario del presidente del PAN, Ricardo Anaya. Marko Cortez, coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, aceptó que se formará esa comisión, pero que a su vez investigará el enriquecimiento del presidente del PRI, Enrique Ochoa, a través de los sitios de taxis que posee y el tema de la Casa Blanca. Éste, ni tardo ni perezoso, pidió que se investigue a Alejandra Barrales, presidenta del PRD, por la casita de los 13 millones de las Lomas de Chapultepec (sin olvidar la de Miami). Si esta bonita dinámica continuará, habría que añadir a Mancera y sus franquicias de alimentos para terminar con el ‘mesías tropical’, quien durante los últimos 18 años no ha tenido un sólo empleo, ni tarjetas de crédito, ni chequera, pero que vive sin sacrificio alguno.

El problema no radica en que los servidores públicos posean bienes. Tienen el mismo derecho que todos a formar su patrimonio. El asunto consiste en que los pocos bienes que se hacen públicos, rebasan en cuantía, toda lógica matemática posible respecto de los ingresos que corresponden a sus puestos públicos. Lo delicado no es tener dinero, sino el verdadero origen del mismo.

Las campañas políticas aun no dan formal inicio y, lo que hemos visto hasta ahora, marca apenas el deleznable nivel de suciedad que se avecina. Mientras tanto, el ‘mesías tropical’, en predecible silencio, deja que panistas, priístas y perredistas le sigan haciendo la chamba destrozándose ante la opinión pública cotidianamente entre sí. Ironías de la política, al más puro estilo mexicano.

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