Opinión

Jose Luis Caballero Leal

Aquí encontrará un análisis crítico y actual sobre los principales acontecimientos políticos y sociales de México y el mundo desde la óptica de un ciudadano

Reputación mancillada

2018-01-14 | José Luis Caballero
JOSé LUIS CABALLERO
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El pasado 27 de diciembre, sobre el piso de una habitación del hotel Pasadena de esta Ciudad de México, yacía el cuerpo inerte de una joven. Un disparo de arma de fuego en la cabeza le había quitado la vida horas antes. Se trataba de una turista argentina laborando como ‘escort’ de nombre Karen (Ailén) Grodzinski, aparentemente casada con un comerciante del barrio de Tepito.

La Policía de Investigación de la Procuraduría General de Justicia de esta ciudad dio inició a las pesquisas correspondientes por este lamentable feminicidio, y con sorprendente eficacia, el 2 de enero, con bombo y platillo, el Procurador capitalino anunciaba a los medios la captura del probable responsable de la comisión de tan violento delito, a quien, un Juez de Control del Tribunal Superior de Justicia de esta ciudad, le dictó prisión preventiva oficiosa remitiéndolo al Reclusorio Preventivo Oriente, hasta en tanto se celebrara la audiencia de vinculación a proceso respectiva. Ese peligroso delincuente, a quien los medios de comunicación y las redes sociales exhibieron y denostaron inmisericordemente se llama Axel Arenas, es actor, es mexicano, ¡y es inocente!

Ocho días después de su apresurada y equívoca detención, posterior a la audiencia judicial que inexplicablemente duró más de 12 horas, el Juez de Control determinó no vincularlo a proceso, señalando que la Procuraduría Capitalina no aportó elementos de prueba suficientes que acreditaran su probable responsabilidad en los hechos ya narrados. La defensa de Axel Arenas aportó, como prueba de su inocencia, evidencias irrefutables de que el imputado junto con su novia, había viajado a Medellín, Colombia, el día 25 de diciembre de 2017, habiendo retornado a México el 1 de enero del 2018. Es decir, se encontraba en otro país, a tres mil kilómetros de distancia de esta ciudad, cuando ocurrió el asesinato de una mujer a la que nunca conoció, pero cuyo nombre jamás olvidará. Información proveniente del Instituto Nacional de Migración permitió acreditar lo anterior, lo mismo que fotografías y constancias de su equipo de telefonía celular que lo ubicaban en la ciudad colombiana ya señalada. La probable causa de su detención lo fue, según la Procuraduría, la obtención de un numero erróneo de placa de una motocicleta que un empleado de dicho hotel proporcionó a la Policía de Investigación, y que, coincidentemente, correspondía a una propiedad de Axel.

Axel Arenas quedó libre la madrugada del 9 de enero. En la efusividad del momento declaró “¡se hizo justicia!”.

En verdad, ¿se habrá hecho justicia? De ninguna manera lo creo así. Ésta se alcanzará una vez que Axel demande al gobierno de esta ciudad, y judicialmente se determine que su reputación, su honra, su prestigio y la consideración que los demás tenían de él, fue brutal e injustamente mancillada, debiendo reparársele económicamente de forma ejemplar, obligando además judicialmente a las autoridades responsables a públicamente pedirle perdón. Será entonces cuando la justicia medianamente se haya alcanzado, en este vergonzoso caso producto de la improvisación y ausencia de elementales protocolos de investigación. 

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