Por mis purititos...

Cuando uno piensa haber sido testigo de las peores barbaridades y abusos cometidos por los políticos, como las centenas de ‘aviadores’ que, se dice, tenía asignados Emilio Gamboa en el Senado de la República, quien hoy, final y felizmente para el país, concluye su gestión en ese cargo lo mismo que otros 128 senadores y 500 diputados federales, a lo largo de la semana otros distinguidos próceres se encargaron de recordarnos que nuestra imaginación es muy pequeña, cuando de arbitrariedades y abuso de poder se trata, en donde la consabida frase de “por mis purititos…” marca el actuar del político de cepa, del político mexicano.

En un acto del que no encuentro precedente alguno, Manuel Velasco, gobernador con licencia de Chiapas a partir de esta semana, y senador electo de la República, en unas cuantas horas más será beneficiado con una licencia temporal para abandonar el cargo de senador de la República, para reintegrarse al poder chiapaneco como gobernador interino hasta el 8 de diciembre, gracias a que sus patiños en el Congreso local modificaron la Constitución local para permitirle semejante barbaridad. El manto protector del deleznable fuero era absolutamente indispensable para Velasco Coello, razón por la cual la protesta como gobernador era indispensable para asegurar inmunidad absoluta en caso de que, por alguna incomprensible razón, el nuevo mandatario local llegare a encontrar multimillonarios desvíos en la gestión de Velasco, próxima a concluir en el estado de Chiapas.

Damián Zepeda, hasta hace unos días presidente del PAN, sigilosamente abandonó la dirigencia de ese partido para colocar a otro patiño en su cargo, quien horas más tarde, designó al propio Zepeda como coordinador de la bancada del PAN en el Senado de la República, alegando haber realizado una consulta interna para tales fines. Zepeda, Anaya y Cortés, entre otros, tal parece que se han propuesto dinamitar lo poco que queda del otrora poderoso partido blanquiazul, provocando no sólo una desbandada sin proporciones de militantes, sino generando tal división interna, semejante a la acontecida en el PRD hace pocos años, que por lo pronto Margarita Zavala ya constituyó una asociación civil denominada “Libre”, en inminente ruta a convertirse en el siguiente partido político representando a la diluida derecha, y pronto, de no lograr tomar el control del partido, harán lo propio Rafael Moreno Valle, Héctor Larios y, cuando menos, nueve gobernadores en rebelión de la granja azul.

El senador electo por el PRI, Noé Castañón, hijo de un exministro de la Suprema Corte de Justicia del mismo nombre, acusado de violencia intrafamiliar y del secuestro de sus propios hijos, en unas pocas horas recibirá el valiosísimo blindaje del fuero constitucional, con el cual será intocable frente a las gravísimas acusaciones que pesan en su contra, y que, gracias a la oportuna intervención del Poder Judicial del estado de Chiapas y a otros favores paternales, logró librar la cárcel. Así como hace unos años lograron colar encajuelado al hermano del exgobernador Leonel Godoy a la Cámara de Diputados para que protestara el cargo de diputado federal y no fuera detenido al ser acusado de nexos con el narcotráfico, el ingreso de Castañón para los mismos fines al Senado se antoja ocurrirá en contubernio con sus compañeros legisladores, quienes más tarde le aplaudirán tal astucia.

Termina una Legislatura más en donde el autoelogio, la ausencia total de capacidad de autocrítica, una interminable lista de pendientes legislativos, los consabidos abusos de poder, los miles de ‘aviadores’, asesores y ayudantías, los interminables e inútiles viajes efectuados, los salarios de montos injustificables y las prebendas y privilegios inagotables, marcan a 500 diputados y 128 senadores. La carpa legislativa circense se mantiene en la misma ubicación. Serán otros los protagonistas a partir de mañana. Seremos críticos y vigilantes de su actuar.