Opinión

Jose Luis Caballero Leal

Aquí encontrará un análisis crítico y actual sobre los principales acontecimientos políticos y sociales de México y el mundo desde la óptica de un ciudadano

Perdón, vida de mi vida

2018-08-24 | José Luis Caballero Leal
JOSé LUIS CABALLERO LEAL
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De la autoría del célebre compositor boricua Pedro Flores, el título de la obra musical que hoy encabeza esta columna aplica para varios de los más importantes sucesos políticos acontecidos a lo largo de la semana.

El primero de ellos, mediáticamente manejado con gran habilidad por Elba Esther Gordillo y su vasto grupo de asesores, consistió en sostener que en la resolución dictada en el recurso de apelación que interpuso en contra del auto que la sujetó formalmente a proceso por los delitos de lavado de dinero y de asociación delictuosa, la maestra fue “absuelta” de los delitos imputados con lo cual se ratificó su inocencia. Lo correcto hubiera sido señalar que la resolución dictada se limitó a dictar el sobreseimiento del juicio, sin pronunciarse sobre el fondo del asunto. No se pudo comprobar la culpabilidad de Elba Esther por un tecnicismo legal, por lo que legalmente el juicio se quedó sin materia. En una conferencia de prensa dada apenas unas horas más tarde de que iniciara el ciclo escolar 2018/2019, en un ambiente de triunfalismo exacerbado, apareció rozagante y ausente de las cicatrices que deja el verdadero encarcelamiento, una rejuvenecida y envalentonada Elba Esther, heredera de una fortuna de casi 400 millones de pesos de su madre, una maestra rural que tuvo la inédita capacidad para amasar tales ahorros a partir de su labor magisterial. Gordillo, con la voz quebrada, en un evento saturado de medios de comunicación, anunciaba su libertad al tiempo que confirmaba el derrocamiento de la reforma educativa, entre los rabiosos aplausos de sus simpatizantes. Quedaron en el pasado las inexistentes enfermedades que, con la venia de nuestro impoluto Poder Judicial, le permitieron pasar solamente una noche en la cárcel de su supuesto encierro de cinco años y medio; quedaron atrás los más de dos millones de dólares gastados en ropa y accesorios en Neiman Marcus provenientes de las arcas del Sindicato Nacional de Maestros y los dos mil millones de pesos por igual acreditados a su patrimonio originados en la misma fuente. Elba Esther Gordillo está de regreso, “reloaded & recharged”, y poco tiempo pasará antes de que asuma públicamente el control del SNTE, mismo que jamás dejó de ejercer.

La cuenta regresiva para que Enrique Peña Nieto deje la Presidencia de la República ha dado inicio ya. Restan 98 días para que un sexenio, en donde la corrupción y la impunidad han sido, hasta ahora, el sello de la casa, finalmente concluya. En momentos en donde los reflectores no apuntan más hacia Los Pinos, a ser convertidos en centro cultural, los amigos empiezan a escasear, los enemigos se multiplican por doquier y aquellos que hasta hace poco tiempo lo alababan, hoy son sus más duros críticos; particularmente por hacerlo directamente responsable del desastre electoral del PRI en las elecciones pasadas. Peña Nieto se organizó un tour de medios dejándose entrevistar por los conductores de los noticiarios nocturnos más importantes del país, ante quienes se mostró afable y dispuesto a responder todo tipo de preguntas. Llamó la atención, entre muchas que le formularon, la relacionada con la polémica Casa Blanca, a la cual le atribuyó el derrumbe de la credibilidad de su gobierno, lamentando haber involucrado a su esposa, quien dijo, ninguna razón tenía para salir a dar declaraciones al respecto, lo que le provocó críticas de las que aún no se repone. Aprovechó para pedir perdón por los desaciertos, los errores, las fallas y la insuficiencia en varias explicaciones, disculpándose frente a aquellos que se sintieron agraviados y expresó su deseo para ser recordado como un presidente que le cumplió a México…

Concluye una semana de falsas absoluciones; de arrepentidos de los pecados sexenales cometidos y de la búsqueda de la redención social, la celestial y la del ‘Peje’, que hoy vale más que las anteriores. “Perdón, vida de mi vida, perdón, si es que te he faltado, perdón, cariñito amado, ángel adorado dame tu perdón”.

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