Opinión

Jose Luis Caballero Leal

Aquí encontrará un análisis crítico y actual sobre los principales acontecimientos políticos y sociales de México y el mundo desde la óptica de un ciudadano

Lorenzo, ¿el cuarto candidato?

2018-06-03 | José Luis Caballero
JOSé LUIS CABALLERO
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En la jerga futbolera se dice, y se dice bien, que entre menos se note la presencia del árbitro, es que mejor está desempeñando su trabajo. Lorenzo Córdova, hasta hoy presidente del INE, peca de tal nivel de protagonismo, que sus constantes declaraciones incomodan ya a propios y extraños. No desaprovecha ocasión alguna en que vea cámara o micrófono para emitir opiniones acerca del proceso electoral; no siempre con declaraciones que hayan estado exentas de polémica alguna. El pasado viernes se publicó una entrevista que dio al periódico El Universal, en donde critica a un grupo de empresarios que se han dirigido a sus trabajadores para concientizarlos de la importancia del voto, y de las indeseables consecuencias que la opción del populismo traería a este país. Tales empresarios, en ejercicio de su más absoluta libertad para opinar y compartir sus puntos de vista sobre la inminente elección federal, no han coaccionado el voto de forma alguna. El propio Córdova lo reconoce al decir que están jugando “al límite”, lo que de ninguna manera supone ilegalidad alguna, pero ello no obstó para que el citado presidente del INE desaprovechara la oportunidad del micrófono y les hiciera llegar una innecesaria llamada de atención. Jugar “al límite” es hacerlo dentro de la ley. A Córdova le gusta tanto el reflector, que, en lugar de actuar como el árbitro de la contienda, se conduce cual si fuere el cuarto candidato a la Presidencia de la República.

Por si había duda alguna de la consolidación del pacto PRI-MOR, López Obrador declaró el pasado viernes que los mexicanos debemos apoyar al presidente Peña Nieto, para que la transición presidencial se lleve a cabo de forma armónica y en paz. Inimaginable escuchar de la boca del poeta de Macuspana una petición de tal índole, cuando sus declaraciones contra Peña Nieto, previas a la absolución de todos los pecadores priistas, eran totalmente incendiarias. Entre más se acerca la fecha de la elección, los halagos de Morena a la gestión priista tienen un anticipado tufo de perdón y olvido, ¿o no Yeidckol?

Y también Enrique Peña Nieto dio nota durante la semana, cuando, en la inútil autodefensa de su presidencia y el permanente reclamo de que no se reconoce avance alguno en su gestión, disparó una frase señalando que “los mexicanos se autoflagelan al afirmar que las cosas están mal en México”. La lista de fracasos gubernamentales durante esta gestión priista, que se avizora la última por muchas décadas más, parecería ubicarse en esa sección selectiva de la memoria, en donde unos cuantos aciertos neutralizan o borran todos los fallos. Para Peña, su gestión ha sido exitosa; para el 90% restante de los mexicanos, ha sido un absoluto fracaso. Los resultados de la próxima elección se lo ratificarán. Simple teoría de cómo se ve el vaso: medio lleno o medio vacío. El optimismo y el auto elogio a su máxima expresión.

Faltan 27 días para la elección federal. Las encuestas que cotidianamente nos recetan, algunas indudablemente “cuchareadas”, no son las que definen la elección, si no, pregúntenle a Hillary. Las encuestas son meras fotografías de momentos específicos realizadas a minúsculas muestras de sectores de la población que no reflejan la realidad del pensamiento del electorado nacional. No hay motivo para desanimarse ni para festejar anticipadamente porque un diario publique que un candidato va punteando 2 a 1 sobre su más cercano perseguidor, en una encuesta en que mil 200 mexicanos presuntamente opinaron, de un padrón de casi 80 millones de personas. Elijamos entre quien tiene un proyecto de nación y quien tiene un proyecto obsesivo de poder. ¡Paciencia, que el final se acerca ya! 

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