¡Hagamos bien las cuentas!

Utilizando la seductora voz de una locutora, el Gobierno Federal ha dado inicio a una intensa campaña publici - taria con vanas pretensiones de que, quienes conformamos la sociedad civil, cambiemos nuestra percepción acerca del desastroso desempeño del actual régimen, especialmente en época de campañas presidenciales, en donde el candidato del partido en el poder podrá pasar del 3ro al 4to lugar, con la aparición de Margarita Zavala en la boleta electoral. Sin embargo, se necesita más que una voz “cachonda” para ello.

Los números no mienten. Cuando Enrique Peña Nieto asumió la presidencia de México, el 1 de diciembre de 2012, la paridad del peso frente al dólar era de $12.90. El viernes pasado cerró en $19.10 La gasolina Magna costaba $10.81 el litro; hoy $16.08. El Diésel $10.90 el litro; hoy $18.59. El kilo de gas, $11.92; hoy $20.00; un kilo de tortilla, de $8 pesos en 2012, 6 años más tarde ya cuesta $17 y la tarifa de luz doméstica, de $52,10 hoy rebasa los $60 pesos. La denominada “Canasta Básica”, en diciembre del 2012 apenas rebasaba los $1,150 pesos; hoy, su costo ronda los $2,880 pesos. En marzo de 2018, hay casi 3 millones más de personas pobres en México, en comparación con las reportadas en 2012; el empleo informal ha crecido en mayor proporción a la creación de empleos, y la tasa de crecimiento económico, pronosticada este año con un 3%, pronto será ajustada a la baja. A Felipe Calderón se le achacan 120 mil muertos violentos durante su sexenio. Al mes de marzo de 2018, y restando aun 8 meses de mandato, el régimen Peñista contabiliza ya los mismos muertos que el de Calderón, y conforme a las estadísticas de asesinatos oficiales, que rondan los 2,500 mensuales, al finalizar el actual sexenio, habremos rebasado 140,000 personas asesinadas violentamente.

¿No será que las cosas que el gobierno piensa que están perfectamente bien, en realidad están de cabeza? ¡Hagamos bien las cuentas, pues!

Bajo ninguna circunstancia deseo dejar de mencionar la preocupante, insensible y poco garantista resolución emitida por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, opacada por el escándalo mediático provocado por los resultados dados a conocer por el INE respecto de los candidatos independientes a la presidencia de la república. Aprobada por mayoría de votos y no por unanimidad, los Ministros resolvieron que la policía puede inspeccionar automóviles o a personas, sin requerir orden ministerial o judicial alguna, pudiendo hacerlo, inclusive, mediante el uso de la fuerza. En un país, y particularmente en esta ciudad, en donde la impreparación de los cuerpos policiacos es una realidad irrefutable, (imagine el resto de la república), esta aberrante resolución se traducirá en detenciones arbitrarias, originadas, únicamente, en el aspecto de las personas. No habrá más seguridad, pero sí más fuentes de corrupción, en un México, en donde la impunidad, es el sello de la casa.

Se quedan en el tintero muchos temas: la inexplicable absolución de César Duarte a manos de la PGR; el multimillonario desvío de recursos de la SEDATU y la SCT; la designación de un Contralor de la Federación a modo; la legitimidad de Ríos Piter y del Bronco para regresar al Senado y al gobierno de Nuevo León, entre otros. Sin embargo, ninguna frase mejor para concluir que la de Cuauhtémoc Blanco, recién ungido como candidato a gobernador de Morelos: “No sé, ni se necesita ser una persona preparada para poder gobernar”. ¡Plop!