El barco, ¿a flote?

Enrique Peña Nieto señaló el pasado viernes que se sentía muy contento porque en 2017 había logrado mantener el barco a flote, refiriéndose desde luego a México. Hace esta declaración en momentos en que la inflación reportada es la mas alta de los últimos 16 años, la paridad de la moneda mexicana frente al dólar alcanza, nuevamente, los 20 pesos y los índices de corrupción e impunidad nos ubican dentro del nada honroso ‘Top 10’ del mundo. Está claro que todo depende del cristal con que se mire, y a los ojos del mandatario, este barco va en la dirección correcta. Habemos muchos que opinamos diferente, y aunque la embarcación parezca estar a flote, es de tal dimensión el boquete que le han hecho, que llegará un momento en que el caudal de agua que la inunda será mayor a la capacidad de extracción del líquido de la misma. 

Por lo pronto, Alejandro Gutiérrez, exsecretario general del PRI durante la gestión de Manlio Fabio Beltrones, fue vinculado a proceso en Chihuahua, acusado de ser el autor intelectual de un desvío de más de 250 millones de pesos, supuestamente canalizados al PRI, empleando a empresas inexistentes que, en teoría, prestarían servicios educativos en aquella entidad de la República. El Juez de Control le ha dictado prisión preventiva por un periodo inicial de 6 meses, pero de acreditarse el delito de peculado que se le imputa, su estancia tras las rejas puede extenderse por años. Dicen los enterados en política que Gutiérrez no actuó por iniciativa propia, sino que en esta triangulación de recursos la participación de Beltrones, quien ni tardo ni perezoso se ‘deslindó’ por completo del tema, y de Rubén Moreira, designado nuevo secretario de acción electoral del PRI, pese a las múltiples acusaciones de corrupción que pesan en su contra, resultaron decisivas para mecer la cuna. Por lo pronto, el encarcelamiento preventivo de un priísta de tan alta jerarquía ha cimbrado al partido ‘tricolor’, y muchos se preguntan si no se tratara, en realidad, de fuego amigo, en la búsqueda del control de la bancada de ese partido en el Senado, durante la próxima legislatura. 

Y la justicia mexicana no deja de sorprendernos. También en viernes, ese conveniente día que no da ya espacio a la nota periodística y a la crítica social, un Juez Federal ordenó a la PGR el retiro del brazalete electrónico (en realidad tobillera) colocado a la maestra Elba Esther Gordillo como medida de seguridad y de detección satelital de su ubicación, pues consideró que le causa “afectación a su salud emocional”. Al paso que vamos, pronto nos enteraremos que también le será concedido el cambio de residencia al penthouse de más de 700 metros que posee en un conocido club de golf, para no provocarle angustia alguna por vivir en un lugar de solamente 300 metros cuadrados. Parece que las concesiones ‘judiciales’ a Gordillo no se detendrán, al menos no hasta que las elecciones del 2018 hayan concluido. 

Y la frase de la semana corresponde a Miguel Ángel Mancera, quien dijo que elegir la búsqueda por la presidencia o continuar gobernando la CDMX es igual a que una señora tuviera que escoger entre Maluma y su esposo (???). No entendí cabalmente a que quiso referirse y en su caso cuál fue la elección por la que opto, pero lo que también es un hecho, en términos igualmente náuticos, es que el barco capitalino se encuentra totalmente a la deriva, producto del abandono total en que se sumergió cuando las tentaciones de elección entre el popular cantante o su cónyuge dominaban su mente. 

Por lo pronto sólo resta desearte una muy feliz Navidad y que el 2018 nos dé motivos de verdadera celebración y regocijo. ¡Nos vemos nuevamente el 7 de enero!