Camarrrrada Manuelovich

Vaya que en tiempos electorales se escuchan en voz de los candidatos y de sus coordinadores y voceros una sarta de estupideces, suficientes en cuantía y contenido para editar una enciclopedia de varios tomos. A ello, los habitantes de éste y de otros países del mundo ya estamos habituados. Así son las campañas, así son los políticos. Sin embargo, todo tiene un límite, rebasado durante la semana por el ex senador poblano y ex panista, Javier Lozano, hoy vocero de la campaña del candidato presidencial no priísta José Antonio Meade, quien sugirió la posibilidad de que el mismísimo Vladimir Putin, el jerarca ruso, estuviere apoyando la campaña del ‘mesías tropical’, el “camarrrada” “Manuelovich” López Obrador. Con ésta y otras ocurrencias, como el medicamento “AMLOdipino”, una sustancia activa que ayuda a controlar la hipertensión, que el propio López Obrador le recetó a Enrique Peña Nieto “para que se serene, que no se altere, que no se caliente ni haga caso a las encuestas”, termina una semana más de campañas políticas de los tres candidatos presidenciales, disfrazados de precandidatos, bajo el cobijo de un tolerante, apático y desdentado INE, incapaz de poner orden ante las violaciones más evidentes y flagrantes a las reglas electorales cuya responsabilidad primaria le corresponde tutelar. Si no puede ejercer autoridad alguna en la precampaña, ¿qué sucederá el día de la elección federal?

Semana de dimes y diretes entre el gobernador de Chihuahua y el gobierno federal que involucró no sólo al Secretario de Hacienda, sino al propio presidente Peña Nieto descalificando los reclamos de Javier Corral, primer gobernador de la era moderna que confronta abiertamente al Presidente de la República, como responsable del manejo discrecional de asignación de recursos públicos hacia los Estados, y a quien acusa de haber ordenado la retención de más de 700 millones de pesos destinados al gobierno de Chihuahua, como represalia por la detención del ex Secretario General del PRI, acusado del desvío millonario de recursos de aquel Estado a las arcas del partido revolucionario institucional. De la mano de esa reclamación esta la exigencia de la extradición del ex gobernador Cesar Duarte, respecto de quien, inexplicablemente, la PGR, aun sin titular, no había formulado petición alguna. Fue tal la presión social generada a lo largo de los últimos días, que la PGR anunció el pasado jueves que formularia la solicitud de extradición de Cesar Duarte ante el gobierno norteamericano por la probable comisión de 3 delitos, cuando existen al menos 11 carpetas de investigación por las que se le persigue. El Tratado de Extradición entre México y USA claramente establece que cuando una persona es extraditada al país que lo requiere, solo puede ser procesado por los delitos consignados en la solicitud de extradición, según lo establece la Regla de la Especialidad contenida en su artículo 17. Por ello, si la PGR solo lo requiere por 3 delitos, vayamos olvidándonos de los 8 restantes, respecto de los cuales no podrá ser procesado. Extradición entre algodones, para que lo entendamos claramente.

Hoy, 17 ex gobernadores están sujetos a procedimientos judiciales, ya sea porque se encuentran bajo investigación, han sido ya detenidos y están sujetos a proceso, o bien, los menos, se encuentran prófugos o en proceso de ser detenidos y extraditados.

“Para que la sociedad cuente con seguridad y justicia, no puede haber perdón ni olvido para los delincuentes, no puede haber borrón y cuenta nueva”. Enrique Peña Nieto, Presidente de México.