Ay primor como me dueles

Carmen Citlali Ibáñez Camacho, pomposamente conocida como Yeidckol Polevnsky, vociferaba intolerante y frenéticamente el pasado jueves en una ‘mesa de diálogo’ sostenida en el noticiero radiofónico de Joaquín López-Dóriga, que Alejandro Gutiérrez, ex secretario general del PRI y operador financiero de ese partido político, detenido y sujeto a proceso en Chihuahua por el probable desvío de mas de 250 millones de pesos a las campañas del PRI, era en realidad un ‘preso político’. Días antes afirmó que Raúl Cervantes, el otrora apodado ‘Fiscal Carnal’, había sido un “gran procurador general de la república”. La inadvertida, férrea y apasionada defensa de los dos priístas antes mencionados a cargo de la más radical integrante de Morena, no pudo ser producto mas que de una instrucción directa del ‘Mesías Tropical’, pues para salir a medios a espetar semejantes barbaridades, ninguna otra explicación se antoja posible en un partido político en que ni las hojas de los árboles se atreverían a caer sin la venia celestial. Todo, absolutamente todo se antojaba posible en esta descarnada lucha por el poder, excepto que la presidenta de Morena les arrojará semejantes salvavidas a los priistas ya señalados, ambos caídos en desgracia. Los más versados en temas políticos sugieren que este inesperado suceso confirma que el pacto entre el PRI y Morena (Primor) es hoy ya una realidad irrefutable y que el proceso transicional está ya puesto en marcha, ante la inminente victoria del tabasqueño. Producto de una ventaja que no disminuye, cada vez mas ‘celebridades’ y políticos de muy elásticos principios, se pronuncian públicamente en favor de AMLO, a quien hoy lo colman de virtudes, inexistentes hace apenas algunos meses. Vientos de cambio soplan con fuerza en beneficio de quien todo lo purifica y a todos les otorga indulgencias.

Los principios de presunción de inocencia y de debido proceso, manoseados al antojo y la conveniencia política de quien los invoca, me hace recordar las enormes coincidencias entre lo sucedido con la secuestradora francesa Florence Cassez y Nestora Salgado, esta última acusada de múltiples secuestros cuando era líder del movimiento de las autodefensas de Olinalá, Guerrero. La primera fue convenientemente absuelta por la Suprema Corte de Justicia, aduciendo fallas al debido proceso, logrando milagrosamente con ello, que las relaciones comerciales y diplomáticas con Francia se reestablecieran, lo que no significó que no hubiera sido una secuestradora, sino que el montaje de la PGR resultó violatorio de sus derechos. A Nestora, candidata a senadora plurinominal por Morena, no se le absolvió de ninguno de los 6 procesos penales que tiene aun abiertos en el estado de Guerrero por secuestro, homicidio calificado y robo. Solo en uno de ellos se ordenó la reposición del procedimiento, pero ninguno ha concluido y la dificultad en su seguimiento obedece a que tiene señalado domicilio en los Estados Unidos de América. Más allá de que el INE haya declarado legal el registro de su candidatura, su nominación al Senado resulta oprobiosa y mas aún la explicable terquedad del Mesías, quien ahora la llama ‘luchadora social’ víctima de la guerra negra. Mientras no haya sentencias condenatorias, se presume su inocencia y sus derechos políticos están intactos. Sin embargo, su llegada al Senado vendría acompañada del deleznable ‘fuero’, con el consabido impedimento constitucional para ser sujeta a proceso sin mediar el juicio de procedencia, algo que jamás sucederá en un Congreso igualmente controlado por López Obrador.

Desesperación total de Ricardo Anaya por lograr que 60 millones de boletas electorales sean reimpresas para borrar el nombre de Margarita Zavala. Dice que de no hacerse, causará confusión en los votantes. ‘Ricky Rickin Canallín’ asume que, con la desaparición de Margarita de la boleta, los electores se inclinarán a su favor. Su petición no prosperará. Ya solo faltan 35 días para la elección federal. Paciencia!