Opinión

Ignacio Suárez

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Rafa Márquez: El que pudo ser 'Galáctico' y fue más

2018-04-25 | Ignacio Suárez
IGNACIO SUáREZ
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Han pasado más de 21 años de aquel ya lejano 19 de octubre del 1996, cuando un jovencito de apenas 17 años recibía la oportunidad de debutar en la Primera División ante Pumas. Efraín Flores tuvo que 'adelantar' el proceso, hubiera dicho Miguel Herrera, pero afortunadamente el técnico atlista de aquella época NO pensó así. Aunque a decir verdad, tampoco tenía muchas opciones: Berizzo, el líder de la zaga central, había sido negociado a Europa y se había quedado sin centrales.

Ese chico con proceso solo en selecciones menores, llegó para quedarse muy pronto y se consolidó como titular indiscutible. El destino le tenía preparado un golpe de fortuna que lo marcaría. Un error administrativo, un error de 'dedo' lo llevó a ser convocado a la Selección Nacional mayor apenas cuatro meses después de haber debutado.

Bora Milutinovic, era el técnico de la Selección Nacional. Y como parte de la preparación se consiguió un partido contra Ecuador a disputarse en Estadio Azteca el 5 de febrero de 1997. Entre el armado de la lista y la convocatoria aparecieron Jared Borgetti, Jesús Arellano y Damían Alvarez, pero extrañaba mucho ver el nombre de un tal Rafael Marquez, que jugaba supuestamente de delantero.

La realidad es que Bora quería observar a un joven delantero también del Atlas que se apellidaba Márquez, pero que se llamaba César. Ese jovencito que se encontraba concentrado en la Selección Sub 20 se presentó con la Selección Mayor, y con una enorme sonrisa de felicidad se acercó al serbio para presentarse y agradecerle la confianza: "Buenos días señor Bora, soy Rafael Márquez, le agradezco de corazón la oportunidad y me mataré por no defraudarlo. Gracias, muchas gracias".

Bora, sorprendido, NO supo bien a bien qué contestar y lo invito a ir a instalarse, para preguntarle a su auxiliar, la mayoría se lo atribuye a Carlos de los Cobos, otros a Fernando Quirarte: "¿y este wey, quién es?", le preguntó. "Ese NO es César, es el chavito central de la Sub 20", le respondieron. "Perdón, hubo una confusión de nombre, ahorita lo corrijo y le llamamos". "No cabrón, ya déjalo, sirve que lo veo".

Afortudamente, Milutinovic NO tuvo el corazón para partirle la ilusión al jovencito Rafael. Total, era un juego amistoso e intrascendente ante Ecuador y no perdía nada de ver ya de cerca a ese elegante central al que ya había observado en entrenamientos de la Selección Sub 20.

No sólo lo observó, sino que le dió la oportunidad de jugar 30 minutos en el segundo tiempo y Rafa hasta se dio el lujo de dar pase de gol para Damían Alvárez que selló el marcador 3 goles por cero. De aquel día a la fecha, han trascurrido seis copas América y cuatro Mundiales, decenas y decenas de juegos con la Selección teniéndolo como capitán, como referente. ¿Qué fue de aquel Cesar Márquez Verdin, el delantero al que quería en verdad observar Bora?, se perdió en el anonimato, deambuló en varios equipos, terminó su carrera en Dorados y jamás fue llamado a la Selección otra vez.

Lo que NO muchos saben, es que el Mundial de Rusia que de concretarse podría ser el quinto Mundial de Rafa, bien pudo ser el sexto. Sí, así como lo leen. Milutinovic fue cesado de la Selección por calificar caminando, pero jugar feo. Con ese argumento tan trivial, Manuel Lapuente tomó el cargo y quedó maravillado de las condiciones del jovencito Rafael Márquez. "Tiene un futuro impresionante, les decía a todos". La idea de Manolo era llevarlo al Mundial de Francia 98, no de titular por supuesto, pero estar ahí será una experiencia que le servirá muchísimo.

Sin embargo, en un juego de la Selección Sub 20 ante Argentina celebrado en Cancún, Rafa Márquez sufrió una fuerte lesión en la rodilla derecha que lo dejó en inactividad varias semanas. Ahí se esfumó la idea de Manolo de llevarlo al Mundial.

Al año siguiente del Mundial, en la Copa América de Paraguay de 1999, Lapuente ya tenía a Rafa como titular indiscutible, junto a Claudio Suárez. Aquel 30 de junio, en Ciudad del Este, se enfrentaban contra Chile, que tenía una delantera temible comandada por Marcelo Salas. 

Lucien Muller, un francés que en décadas pasadas había jugado para el Real Madrid y Barcelona, pero que ahora era el director deportivo del Mónaco de Francia, estaba ahí para ver jugar a su nuevo fichaje, el jovencito central chileno Pablo Contreras que habían adquirido del Colo Colo. Vieron ahí a Pablo, pero ahí descubrieron a Rafa. Tenían casi la misma edad, jugaban la misma posición, sólo que las características eran muy diferentes. Ahí mismo Lucien Muller, decidió NO perder la oportunidad, se llevarían a los al Mónaco.

Entablaron negociaciones rápidamente. Al Atlas, de aquel entonces, siempre le sobraban directivos y les faltaba dinero, por eso cuando les ofrecieron 6 millones de dólares por la carta no lo pensaron ni tantito. Era una verdadera fortuna, para esa época y para nuestro futbol. Rafael Márquez ganaba apenas 18 mil pesos mensuales (dos mil dólares de ese tiempo) y entre José Manuel Sanz y Enrique Nieto le consiguieron casi 40 mil dólares de sueldo para ir a jugar a ese maravilloso principado. A Márquez le tocaba casi un millón de dólares por el traspaso, dinero que el Atlas no le dió nunca y le quedó a deber.

Contreras y Márquez no solo formaron la pareja de centrales del Mónaco Campeón, se convirtieron en los mejores amigos y compartieron incluso departamento: jóvenes, exitosos, famosos y solteros en el principado de Mónaco, ¿que más se podía pedir?. Mmmm bueno, si de pedir se trataba, pues que te quisiera el Real Madrid de los 'Galácticos'.

En julio del año 2000, Florentino Perez vivía su primera etapa como presidente del Real Madrid, luego de ganar las elecciones a Lorenzo Sanz y decidió que había que utilizar la chequera con singular alegría, y así llegaron Figo, Zidane y compañía. Pues bien, a finales del 2002, Florentino pidió reunirse con los representantes del jugador Rafael Márquez y el Mónaco, para que ese jovencito fuera a jugar al Madrid.

El precio NO lo asustó, desde luego. Por el pase pedían 12 millones de euros, todo estaba listo y acordado excepto que se atravesó el fichaje de Ronaldo Nazario de Lima, procedente del Inter de Milán. Los 45 millones pagados por él dejaron vacias las arcas, y les dijo a los representantes y al Mónaco que había que esperar un año más para llevar a Rafa Márquez al Madrid.

Los primeros meses del 2003, hubo cambio en la presidencia del Mónaco llegando el empresario Pierre Svara, que sabía de economía pero nada de futbol. En aquel momento, el hoy todo poderoso empresario futbolístico Jorge Mendes, empezaba su carrera. Recién habia colocado al joven Cristiano Ronaldo del Sporting de Lisboa en el Manchester United por 15 millones de euros. Él supo del interés del Real Madrid por Rafael Márquez, entonces por qué no utilizar eso como 'gancho' y ofrecérselo al Barcelona, su acérrimo rival, además conocía a Sandro Rossel muy bien y Mendes contacto a Enrique Nieto, desde entonces a la fecha, su eterno representante.

Aprovechando los pocos conocimientos de Svara, a diferencia de los 12 millones de dólares que le pedían al Real Madrid ahora para el Barcelona sólo pedían cinco. Una vez acordado el precio que serviría para pagar unas deudas, Rafael Marquez, Jorge Mendes y Enrique Nierto, se fueron aquella tarde en auto desde Mónaco a Barcelona para firmar contrato en la madrugada. La vida de Rafa había cambiado.

Como parte de su contrato con los blaugranas, a Márquez le pagarían la renta de su departamento y tenía derecho a disponer de 35 mil dólares para la compra de un automóvil para moverse. En aquel tiempo, el central mexicano había estado muy a gusto en Mónaco con un Rabbit de la VW, así que su intención era comprarse un auto similar. Mendes y Nieto lo aconsejaron, "por qué no mejor ves que autos tienen tus nuevos compañeros y elijes uno. Aunque sea España, también eso de 'como te ven te tratan' funciona igual". le dijeron.

Al otro día en el estacionamiento del Barcelona, estaban Volvos, Mercedes Benz, hasta el Lamborghini Aventador de Ronaldinho, que recién había llegado al club. En ese momento, decidió Rafa que un A3 de la Audi era mejor opción que aquel Rabbit de la VW. Las estravagancias y presunción nunca fueron el fuerte de Márquez.

Luego de un primer año difícil, sin poder consolidarse, Frank Rijkaard no lo apresuró, le dio confianza. Cuando llegó Guardiola vino el éxtasis futbolístico y consiguió lo que ningún otro jugador mexicano ha obtenido jamás. Lo que el gran Hugo Sánchez, seguramente envidia: dos Champions (2006 y 2009) entre muchos otros títulos, por lo que estará en la memoria de millones como aquel central mexicano que jugó en el mejor equipo del mundo que a mi me tocó ver jugar.

Entrar en una polémica estúpida y barata de quién ese el mejor futbolista mexicano de todos los tiempos no es un tema que me interese tocar. Prefiero considerarme un privilegiado que pudo ser testigo de historias maravillosas de estos dos en un terreno de juego y atestigüé muchas otras historias maravillosas fuera de ella, historias de vida, apoyos que cambiaron la vida de muchísimas personas, lo mismo en Guadalajara, que en su natal Zamora  merecen ser contadas.

Por eso, hoy quise escribir apenas un muy breve homenaje y compartir algunas vivencias poco conocidas de este inmenso jugador mexicano. Es muy probable que esté en Rusia, ¿como jugador?, lo veo difícil. Hace tiempo que juega más con ese indomable corazón que con las piernas, porque decir adiós a tiempo nunca ha sido fácil.

Yo no lo veo como titular en Rusia, pero si lo veo necesario porque su liderazgo hace falta en un vestidor donde, en muchas ocasiones, se transpiran más aromás de Beverly Hills y Dolce Gabanna que hambre de gloria.

Por eso y por muchas cosas más, eternamente gracias Rafa Márquez. Muchas gracias. El futbol nada te debe y nada le debes.

 

“No llores porque ha terminado. Sonríe y agradece porque sucedió”

Anónimo

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