Al Pato lo salvó la muerte

Justicia es el hábito de dar a cada cual lo suyo. Ángel Fuentes fue asesinado con 28 puñaladas. Y a pesar de que era un abusador sexual de menores, su muerte es injusta porque debería estar pudriéndose en una celda, detenido para no haber seguido destruyendo vidas de jóvenes que cumplieron sus demandas carnales a cambio de mantener el sueño de seguir en el futbol. En especial de sus últimas tres víctimas, que después de satisfacer sus peticiones, decidieron matarlo y hoy están presos. Y eso, aunque la ley diga otra cosa, es injusto.

Es injusto porque El Fantasma reveló el caso a mediados de noviembre de 2018 en RÉCORD. Advirtió a las autoridades. Contó en cinco entregas con pruebas y testimonios cómo operada El Pato, cómo seducía a jóvenes para obtener favores sexuales a cambio de la mentira de conseguirles un futuro como futbolistas profesionales en el Veracruz. Trabajaba en la Fiscalía y presumía poder y autoridad para cumplir el sueño. A cambio, debían dejarse hacer un ‘rife’, sexo oral. Mínimo. Después pedía más y más. La imaginación de este depravado era el límite.

Un año y siete meses después, lo siguió haciendo. Una y otra vez. Una nueva víctima a su antojo. Impune. Estaba protegido y se valía de su labor en la Fiscalía de Boca del Río, aún cuando ya había dejado su cargo. Al final, el destino le sonrió, porque su muerte fue la mejor salida para lo que la real justicia le habría deparado. Y a sus últimas víctimas les espera un infierno. El que debió tocarle a Ángel Fuentes, El Pato.

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