SOS

En lugar de tener un buen cierre de torneo, está ocurriendo todo lo contrario. La situación está empeorando y no vemos por dónde el arbitraje mejore. Cada semana, lo mismo: decisiones que van al marcador, cambian el rumbo del partido y escasamente uno o dos árbitros se salvan de la quema.

Esta semana fue show de los clavados, que si estuvieran en competencia, seguramente obtendrían una altísima calificación. Edson Puch, Milton Caraglio, Daniel Villalva, Enner Valencia y Lucas Cavallini intentaron engañar a los árbitros, pero nadie amonestó.

Es notable que cada quien arbitra con sus propias reglas y hacen lo que quieren, al no existir instructores en la comisión de árbitros hay un desorden total.

César Ramos (estuvo presente en el Pumas vs Puebla) debería ser la imagen del arbitraje y tiene la responsabilidad de hacer buenos trabajos, pero anda en la calle: dos penaltis no sancionados a favor de Pumas; en el primer gol de los locales, el balón abandonó el terreno de juego, nadie se percató de eso y la conducción de muy bajo nivel; seguramente irá a la banca.

Fernando Guerrero arbitra con sus propias reglas y sus directrices, hace lo que quiere, amonesta y expulsa cuando se le da la gana. En Veracruz no sancionó un penalti a favor de León y Villalva no fue amonestado por simular.

Si quiere ser el número uno tiene que mejorar muchísimo.

Jorge A. Pérez tuvo la peor de sus presentaciones en el Xolos vs Guadalajara. No puede sancionar el penalti de Pereira como mano deliberada, imposible, pésimo criterio. No sanciona un penalti a favor de Chivas en el minuto 37, pero sí uno a favor de Xolos en el 38’. Muy localista, todas las decisiones erróneas a favor de los locales.

Cuando Diego Montaño liga dos partidos, normalmente se equivoca por confiado y sobrado. La mano de Caraglio, increíble que no la haya visto. Estaba de frente y no quiso marcarla; ganó Atlas a Querétaro con error arbitral.

En el caso de Isaac Rojas (América vs Monterrey), cuando expulsó a Jesús Molina me ilusioné, pero luego me dio pena ajena su arbitraje. Penalti a favor de Monterrey no sancionado, Leonel Vangioni y Paul Aguilar tenían que ser expulsados y no pasó nada. Se perdió totalmente. Entiendo que no hay árbitros, pero lleva dos arbitrajes desastrosos, sobre todo lo de Veracruz, que era para darle las gracias.

Francisco Chacón sigue sin dar una buena actuación. El gol anulado a Necaxa en el juego contra Lobos por una supuesta falta al portero es inexistente. Inventó un empujón, la expulsión de Gallegos es muy rigorista. No ha encontrado la manera de regresar al buen nivel que lo puso como número uno.

Fernando Hernández usó diferente criterio en jugadas similares. Bien en la expulsión de Raúl Ruidíaz, pero unos minutos antes le hicieron una falta similar y no expulsó al jugador de Toluca. Por momentos se pierde y hay mucha brusquedad. Técnicamente muy mal: estorba y en una acción dentro del área se agachó para que el balón no le pegara; urge trabajen con él.

El mejor de la jornada fue Roberto Ríos Jácome. Hizo un trabajo muy limpio en Pachuca vs Santos. Bien al amonestar, controló el juego y dio fluidez. Buen desgaste físico, pero hay que trabajar su ubicación y lectura de partido.

En el caso de Marco A. Ortiz, si bien no influyó en el marcador del partido, mostró muchas tarjetas, las primeras no tienen el valor necesario para que los jugadores entiendan y sepan lo que no se va permitir. No le hacen caso y mucho menos se detienen a cometer más infracciones; tendrá que trabajar para mejorar.

Como vemos, ahora fueron siete de nueve juegos donde las decisiones arbitrales están influyendo. Muchos serán designados la próxima jornada porque no hay más, y en lugar de salir los mejores, salen los menos peores.