Opinión

Mala jornada

2019-10-22 | Felipe Ramos Rizo
FELIPE RAMOS RIZO
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Una semana para olvidar para el futbol mexicano, incluyendo el arbitraje, ya que vimos horrores en sus trabajos y nos queda claro que hay árbitros que no están para dirigir en la Liga MX. Árbitros hechos al vapor, respaldados por un montón de designaciones que no merecen, que no han aprendido arbitrar y están convertidos en árbitros sacapartidos y pitafaltas; árbitros sin recursos arbitrales, sin técnica, poca personalidad y escasa jerarquía.

Con lo que voy a exponer no quiero decir que Óscar Mejía fue el culpable de lo que sucedió en San Luis, pero la falta de experiencia y personalidad fue notable. Aquí, unas de las situaciones que sucedieron que no resolvió en forma adecuada:

A) Minuto 39. Lanzan monedas a un jugador de Querétaro; no hace nada.

B) Minuto 51. Bajan de las tribunas al público a la cancha y no suspende momentáneamente el partido; no midió consecuencias.

C) Minuto 85. Suspensión definitiva del partido por invasión del público al terreno de juego porque no abandonaron la cancha inmediatamente; jugadores y árbitros quedaron expuestos a una agresión que estuvo a punto de suceder.

De su arbitraje: no expulsó a Abrante por dar un rodillazo a un adversario; Catalán le gritó todo el partido y no hizo nada. Le quedó el paquete muy grande, notorio que no está preparado para la Liga MX, pero es cuate de los comisionados y muy pronto lo veremos arbitrando nuevamente.

He visto árbitros muy malos, Gasso, Zanjuampa, Isaac Rojas y Óscar Macías, pero lo que el 'Tribilín' Santander hizo en Pachuca lo aproxima muy de cerca al grupo que mencioné. Inventó la expulsión de Rolán y corrigió con el VAR, lo sorprendente es que le cambió la roja por amarilla a Rolán por no existir codazo, pero por qué lo amonestó, por qué reanudó con tiro libre a favor del Pachuca. No expulsó a Sagal y Jara por acciones muy bruscas meritorias de tarjeta roja. La conducción, muy pobre, escasa de personalidad, jerarquía y credibilidad.

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Entiendo que no hay árbitros y la muestra son las designaciones de Roberto García y Alfredo Peñaloza, dos veteranos que estaban al borde del retiro y que por falta de árbitros los tuvieron que revivir. El primero, obsoleto, ya no puede arbitrar. Peñaloza agarró una buena racha, pero en el partido Cruz Azul vs Morelia hay un gol precedido de una mano que, a pesar de ir al VAR, no resolvió correctamente.

Fernando Hernández estaba blanco cuando empezó el partido en Veracruz, asustado, y seguramente no tenía la menor idea de lo que estaba pasando y qué tenía que hacer. No sancionó un penalti sobre Peñalba e inventó la expulsión de Dueñas. No hay más, por lo que los tienen que meter a arbitrar, pero queda claro que portar el gafete de FIFA no es sinónimo de buenos arbitrajes.

Después de nueve semanas volvió arbitrar Óscar Macías, fuera de ritmo, estorbando todo el juego, le pegó el balón en repetidas ocasiones y la calificación de faltas fue de bajo nivel. Lo rescatable: no influyó en el marcador, que ya es ganancia.

César Ramos, Eduardo Galván y Guerrero la libraron. Buenos trabajos sin problema; me atrevo a decir que César fue mucho árbitro para tan pobre partido en Puebla.

Mi querido Arturo, algo tendrás que hacer, el barco se está hundiendo. Perdón, lo están hundiendo tus comisionados y te va a llevar la corriente, no permitas que estos cuatreros sigan haciendo de las suyas. Excesos, abusos y prepotencia. Gasso, Morales, Santana, Escobar y muchos más están viviendo la vida loca, despachándose a manos llenas designaciones y viajes, los cuales muchos son para tratar asuntos personales. Arturo Ángeles fue un rotundo fracaso, me decepcionó.

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