Opinión

Incongruencia

2017-11-03 | Felipe Ramos Rizo
FELIPE RAMOS RIZO
Comparte en:
Contenido Patrocinado

Tras las decepcionantes decisiones que vimos en los trabajos de Fernando Hernández y Francisco Chacón la jornada pasada, nos demuestran que no hay un análisis profundo de cada partido, que las conclusiones en las charlas técnicas sólo confunden a todo el arbitraje nacional, no es posible que los hayan designado para la Jornada 16, este tipo de decisiones acaban con la credibilidad de la Comisión de Árbitros, acaban con la competencia interna, ya que arbitrando mal los repiten, motivo por el cual no les interesa mejorar.

Todos pensamos que con la llegada de Arturo Brizio el cambio en el nivel arbitral mejoraría, pero los árbitros no quieren, cada semana cometen los mismos errores, están más interesados en la parte económica que de figurar, no hay una competencia leal para arbitrar el mejor partido de cada semana, todos se sienten indispensable y en algunos casos soberbios por eso hay una larga lista de fracasados.

Lo que no entiendo cómo Arturo a cedido las riendas del arbitraje a Jorge Gasso y Julio Escobar, quienes han demostrado que el puesto de instructores les quedó muy grande y tienen muchos compromisos con algunos árbitros, el pago de favores es notable y la incapacidad como instructores notoria, tanto que cada semana los apalean en las charlas técnicas y siempre los árbitros FIFA están por encima de ellos.

El torneo está por finalizar y no vemos de dónde puedan sacar cinco árbitros confiables para la Liguilla, la caballada esta flaca en todos los niveles, también hay que hablar de los asistentes que se han vuelto los amos del partido y ante el poco compromiso de los árbitros señalan lo que quieren, cambian decisiones cuando quieren y lo malo que se están equivocando frecuentemente, ellos se sienten árbitros centrales y quieren dirigir desde la banda.

En fin, señores, esperemos que el cierre sea mejor, que los árbitros se pongan las pilas, que sean responsables y actúen con personalidad y valor, es mucho pedir, pero se vale soñar.

Contenido Patrocinado