Opinión

El recuento de los daños

2020-10-15 | FELIPE RAMOS RIZO
FELIPE RAMOS RIZO
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Llegamos a un receso más de la Liga MX y esperamos que los árbitros regresen con más actitud y los arbitrajes mejoren. Los máximos representantes del arbitraje mexicano son los árbitros con gafete de FIFA que desafortunadamente algunos no andan en su mejor momento.

César Ramos es muy soberbio, en ocasiones menosprecia los partidos notándosele bastante en su comportamiento. Es muy buen árbitro y debe de ser el ejemplo para todo el arbitraje mexicano, desafortunadamente aún no toma ese puesto. Arbitra bien, pero puede mejorar si se esfuerza un poco más, porque no da el 100 por ciento.

Fernando Guerrero, lamentablemente para su carrera se quedará fuera de los torneos de FIFA, incluyendo el Mundial. Su estilo de arbitraje no le alcanzó para pelear y se tendrá que conformar con el futbol nacional. Se convirtió en el apagafuegos de la Comisión por su estilo de arbitrar, anda en sociales, abrazando a todo mundo y tratando de quedar bien con todos.

Diego Montaño puede ser de los mejores árbitros de México, pero le hace falta trabajar en muchos detalles arbitrales. Por momentos pierde el control del partido y le cuesta trabajo recuperarlo; físicamente no está en su mejor momento y tendrá que prepararse, algo que se está ganando es credibilidad que pocos lo están logrando.

Marco A. Ortiz, qué pena que no quiera ser el mejor de México, teniendo muchas cualidades para serlo. Da dos buenos partidos y luego uno lamentable. Se confía y comienza con errores claves en los partidos. Ojalá que alguien lo asesore porque de lo contrario sería lamentable perder un árbitro con un futuro muy prometedor.

Fernando Hernández es buen árbitro, pero tardará en consolidarse si no madura. Mientras el partido es sólo sancionar faltas intrascendentes no pasa nada, pero cuando vienen las complicadas se pone nervioso y empiezan los problemas. No sabe controlar un partido y mucho menos detecta cuando el partido se le está saliendo de control. Carece de recursos arbitrales y aún no tiene jerarquía ni experiencia para arbitrar partidos bravos.

Jorge A. Pérez, el mejor del torneo. Pensé que se iba a perder, pero este torneo lo ha hecho muy bien. Lo malo es que se está enojando en los partidos y comienza a gritar, manotear; ese papel de rudo no le queda. Si logra controlar sus enojos, podrá colarse entre los mejores del país.

A Santander, Óscar Macías y Adonaí Escobedo hay que darles las gracias, no sirven y no nacieron para el arbitraje. ¿No les dará vergüenza estar frecuentemente en la banca o que árbitros que no tienen gafete tengan más partidos que ellos? Por dignidad retírense, no todo es la parte económica también hay que tener metas y estos tres se nota que no tienen una sola. Los están mal acostumbrando, arbitran mal, pero tienen designación cada semana, ya sea de cuarto o de VAR, por eso no les interesa mejorar; qué rica zona de confort. Con una Comisión más exigente, ya no estarían en el arbitraje.

Se reanuda el torneo y no vemos por dónde puedan mejorar los trabajos arbitrales, incluyendo el VAR. Seguimos con la falta de instrucción y su eminencia Arturo Ángeles, Quetzalli Alvarado y Mauricio Morales, los mosqueteros de la instrucción en la Comisión de Arbitraje, no hacen nada para mejorar, algún día tendrán que ponerse a trabajar en forma seria.

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