Opinión

Felipe Morales

Con un estilo fresco y una pluma original, Felipe Morales nos cuenta las mejores historias del futbol desde su perspectiva periodística.

Pumas es real

2018-02-05 | FELIPE MORALES
FELIPE MORALES
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En Ciudad Universitaria se escuchó de nuevo el rugido orgulloso del “¿Cómo no te voy a querer’?”, como se escucha una caricia, como se bebe el fuego, como se monta al mundo. Pumas es real. Existe y coexiste en la cima. Vence y convence. Afirma con su futbol de yeso y acuarela, que pinta en la Liga, ante un Tigres desdibujado, fatigado, superado. 

Mucho porque David Patiño, que viste chaleco de músico, hace danzar a su equipo con la partitura de la disciplina, del bloque, del talento. O porque Matías Alustiza siempre tiene deparada una respuesta, aunque no haya pregunta o porque Pablo Barrera volvió incombustible y exacto, o quizás porque Alejandro Arribas gobierna los mares y las tierras. Y los aires. 

Con ese triángulo virtuoso, se edificó una victoria necesaria. Pero también con siete canteranos que pisaron con trascendencia el campo de los sueños auriazules, que no derrotaban a Tigres hacía ocho partidos. Desde aquella bíblica Final de Vuelta, en 2015, los locales habían sido una calca mal dibujada, que ayer adquirió contornos de superioridad. 

Todo inició con un servicio inmaculado de Barrera hacia la cabeza de Arribas, que hizo el giro del cuello, como aquellos viejos delanteros, pero camuflado de defensa. Fue un gol muy de antaño. De ganar la marca, de resortear a segundo poste, de celebrar. De salir antes para llegar a tiempo a aquella cita de cuero…

Y así, envuelto en una dinámica en la que entre mejor se hacen las cosas, más se quiere la pelota, de nuevo Pablo Barrera, alzó la cara y trazó un misil teledirigido que recibió con un empeine de seda de Alustiza, que bombeó a un siempre precipitado Nahuel Guzmán; el balón bajó y bajó, ante la mirada desesperada de un Hugo Ayala, que en su afán de sacarla, terminó metiéndola. La culpa fue del fildeo Y de la precisión del ‘Chavo’, que se divierte divirtiendo…

Pumas todavía tuvo un poste, un penal a favor no marcado y un grito de fuego que renació entre las llamas del deseo. “¿Cómo no te voy a querer?”, gritó con el pecho descubierto la Rebel, en su 20 aniversario. “¿Cómo no te voy a querer?”, cantó el recuerdo actualizado.

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