Opinión

Felipe Morales

Con un estilo fresco y una pluma original, Felipe Morales nos cuenta las mejores historias del futbol desde su perspectiva periodística.

En 17 segundos

2018-08-26 | Felipe Morales
FELIPE MORALES
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El América vs Pumas fue el partido en el que si llegaste un minuto tarde, te perdiste de algo y si te fuiste un minuto antes, te perdiste de todo... 

Es cierto, en 17 segundos pasan pocas cosas. No hay mucho tiempo para que suceda algo interesante. En ese lapso, se prepara un rutinario sandwich o se paga un aburrido boleto de estacionamiento. Pero todo cambia cuando un gol se entromete y cabe en ese diminuto periodo, en el que mientras unos se siguen amarrando las agujetas, otros festejan.... 

Pumas cristalizó una jugada, consumida en la luz, desde la prisa de la anotación, que no espera. Felipe Mora hizo un gol antes de hacerlo, porque en esos 17 segundos, remata el instinto...

Así, elevado en el aire de lo imprevisto, Mora giró la cabeza como continuidad del cuerpo, que observaba aquel balón proyectado por la pericia de Martín Rodríguez; Mora lo resorteó y lo incrustó en el segundo poste de un Agustín Marchesín fragmentado y congelado en el intento...

Pumas era ciclónico desde los pies de Rodríguez; si había que escapar hacia el peligro, la salida de emergencia era por derecha. Pero en los últimos tiempos, cuando impera el frenesí, aparece Oribe Peralta, envuelto en la calma...

Oribe se convirtió en un falso lento; como ya casi no acelera, cuando lo hace persiguen su estela.

Entonces, después de pasar dos vallas, en forma de defensas, amagó con la diestra para darle la despedida al balón con la izquierda. No era un tiro muy colocado, pero sí lo suficientemente desviado por Alejandro Arribas para petrificar al arquero Alfredo Saldivar.

Luego, la desconcentración de Roger Martínez le dio un manotazo en el hombro a un exagerado Arribas, que por misteriosas causas, se tomó la el rostro y se revolcó en el engaño. Pero era tarjeta roja. Y lo fue... 

Las Águilas eran una brújula sin Norte, descalibrada desde la irresponsabilidad de Bruno Valdez, quien se le barrió con la imprudencia por delante a Pablo Barrera; los auriazules, en consecuencia, eran una flecha de fuego que se peleaba con el viento.

Fue así como Pumas maximizó la superioridad numérica. Hay ecuaciones no escritas: Dos hombres de más, normalmente se traducen en un gol de más. Y fue así cuando Carlos González martilleó un balón teledirigido a su cabeza. Fue otro instante eterno...

Pero todo se había configurado  en la abstracción del tiempo. En el último vapor del partido, Henry Martín remató de cabeza hacia la improbabilidad del futbol y de la vida. Hizo el gol del empate como confirmación de que el futbol no es aritmético...

En 17 segundos normalmente pasan pocas cosas. Pero no en el Estadio Azteca: ahí, los primeros y los últimos suspiros son cronometrados con el pulso de la vida y de la muerte...

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