Opinión

Felipe Morales

Con un estilo fresco y una pluma original, Felipe Morales nos cuenta las mejores historias del futbol desde su perspectiva periodística.

El América vs Cruz Azul fue una eternidad

2017-11-27 | Felipe Morales
FELIPE MORALES
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Empecemos a poner en duda la palabra “intensidad”. Sería como pensar que un reloj es bueno, porque avanza más deprisa que los demás. Bajo ese precepto, alguna vez explicado por Jorge Valdano, el América vs.Cruz Azul fue una eternidad, de cero goles en 180 minutos, que transcurrió lenta en las arenas del tiempo...

Pero sucede algo con las manecillas de La Máquina: giran al revés. Sus futbolistas juegan con la mirada en el retrovisor, dándole malos pases al futuro, porque tienen la vista en un pasado, gobernado por unas Águilas minadas, lejanas a su mejor puesta en escena, a la que ni así pudieron arrancarle la clasificación...

Dos partidos sin anotaciones son como dos óperas primas sin tenores. Hay que ser muy fiel para cortar el grito de gol con el filo de la frustración. 

Pero los azulcrema siempre jugaron con el cronómetro: un aliado de brazos largos, que lo arropó y lo abrazó por su mejor torneo; Cruz Azul siempre necesitó una anotación. Algo muy parecido a una exploración sin cantimplora.

Pero este escuálido América también se evaporó en los pies de humo de Darwin Quintero, en los desbordes improvisados de Silvio Romero, en los arribos camuflados de Samudio, en la caricia inconclusa del pie de Oribe Peralta, que no llegó a rematar en la línea. Pero nunca estuvo eliminado...

Y así, una vez más, los celestes se consumieron en su sombra y en una opacidad que se escurrió, como cascada de polvo, sobre su grisácea esencia. También se esfumó en los guantes de Agustín Marchesín. En la mira descalibrada, en la voluntad del músculo agotado, en el último vapor del helado aliento, que le supo a invierno, a eliminación, a ceniza...

Podríamos estar en la frontera en la que la disciplina y rigor táctico estén sobrevaluados. Es como agradecer que una fogata emane calor. Dos equipos sin argumentos ofensivos jugaron con la superposición del instinto sobre el talento. Y con su historia reciente. Los partidos 28 y 29 entre ellos, en Liguillas, fueron la deuda del gol que desde hoy tiene el Clásico Joven con el espectador, aunque los celestes ya no esperen nada de su equipo...

Cuando Jesús Corona se fue a rematar en el último minuto al área rival, un dejo de revancha iluminó la esperanza. Pero se confirmó después que ‘Chuy’ no es Moisés Muñoz

Y después, el árbitro silbó y el celeste lloró fuego otra vez...

Pero hay algo de sacerdocio en ser aficionado de Cruz Azul. Es una especie de acto de fe. Aún así, este remendado América, es y ha sido su padre, en la versión que se quiera leer...

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