Opinión

Felipe Morales

Con un estilo fresco y una pluma original, Felipe Morales nos cuenta las mejores historias del futbol desde su perspectiva periodística.

Bruno Marioni, regresa el 'rugido' a CU tras empate ante Rayados

2019-02-03 | FELIPE MORALES
FELIPE MORALES
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El presente le tiene reservado un sitio a los héroes del pasado. Y los ídolos del ayer mantienen una deuda con el hoy. Algunos cuentan que el recuerdo de Cabinho sigue haciendo goles, cuando nadie lo ve o que Hugo Sánchez sigue tendido de espaldas en una hamaca sobre el aire o que Bruno Marioni sigue dando marometas de felicidad. Si es así, al ‘Barullo’ sólo le faltó eso en su debut como técnico de Pumas, cuando empató a uno, a pesar del arbitraje.

Luis Quintana fue expulsado desde el oído. Cuando Rogelio Funes Mori entraba al área, el defensa de Pumas lo empujó por la espalda. No fue penal, pero tampoco era expulsión. Pero intervino la tecnología distorsionada, que, a veces, está al servicio de la injusticia.

El árbitro Óscar Macias había decidido amonestar a Quintana, pero antes de enseñar el cartón amarillo, una voz le quitó la libertad. Como un robot, sin criterio, escuchó los designios aéreos; entonces, se llevó la mano al bolsillo de atrás y enseñó la tarjeta roja, como confirmación de que mandan todos menos los que están abajo.

Desde el balcón del área, Rayados cobró aquella pelota parada; Jesús Gallardo se enfiló, pisó la pelota hacia atrás, en donde Dorlan Pabón disparó con la pierna derecha, en forma de bazuca; la pelota entró por el centro de la portería entre una barrera más abierta que una puerta al medio día...

Pablo Barrera reaccionaba desde el instinto con un disparo que no le pidió permiso al viento para dirigirse al ángulo, pero Marcelo Barovero lo interrumpió todo con un acrobático vuelo.

Pumas sudaba el partido que Rayados no quería jugar; si CU era una caldera, el Monterrey era el témpano con traslados de balón nutridos de posesiones largas. Hasta que Funes Mori se posó en las barbas de Alfredo Saldívar, que, tendido a la derecha, atajó con la pierna izquierda.

Y entonces, los locales aspiraron un vapor de optimismo. Pudieron ir perdiendo 2-0 pero decidieron igualarlo a uno, cuando Barovero se enredó con los hilos de sus piernas en una salida, que terminó con una anotación en su portería.

Después de la recuperación de aquel balón, Pumas lo paseó por el área, como se pasea por el parque con la novia; de toque en toque se tomaron de la mano, hasta que Juan Iturbe probó a portería; Celso Ortiz desvió el envío y el Trapito quedó jugado y exhibido, cuando tuvo que ir a recoger su error al fondo de la portería.

Bruno Marioni se dio piruetas imaginarias, con las que gobernaba Ciudad Universitaria, que con un empate trabajado, el puño apretado y con un hombre menos, infló el pecho y volvió a hacer ‘Barullo’...

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